El presidente Gustavo Petro reaccionó con firmeza ante el rechazo de su propuesta de consulta popular en el Senado , calificando la decisión como un «fraude». Desde China, Petro expresó su indignación y convocó a una movilización nacional para respaldar sus reformas laborales y de salud . En su alocución, instó a las organizaciones sociales a organizar cabildos abiertos en todos los municipios del país, enfatizando que la respuesta al Senado sería «tranquila, pero profundamente contundente».
La votación en el Senado resultó en 49 votos en contra y 47 a favor de la consulta popular, lo que representó una derrota significativa para el gobierno. Petro acusó al presidente del Senado, Efraín Cepeda, de cerrar prematuramente la votación y comparó la situación con el fraude electoral de 1970. Además, hizo un llamado a las fuerzas militares y de policía para que protejan a los manifestantes durante las movilizaciones.
A pesar del rechazo en el Senado, la reforma laboral impulsada por Petro fue revivida en la misma sesión, aunque con escepticismo sobre su aprobación debido a los tiempos legislativos limitados. El gobierno, representado por el ministro del Interior, Armando Benedetti, y el ministro de Trabajo, Antonio Sanguino , criticó la estrategia de revivir la reforma sin pasar por la consulta popular, argumentando que algunos sectores buscan frenar tanto la reforma como la consulta.
La propuesta de consulta popular había sido respaldada por una parte significativa de la ciudadanía, con encuestas que mostraban un apoyo del 57% y un 75% dispuesto a votar a favor de las 12 preguntas planteadas. Sin embargo, la oposición, liderada por partidos como el Centro Democrático y Cambio Radical, celebró el rechazo en el Senado, considerándolo una victoria política.
Desde el gobierno, se defendió la consulta popular como un mecanismo legítimo amparado por la Constitución , respondiendo a las críticas de figuras como Germán Vargas Lleras, quien acusó a Petro de ejercer presiones indebidas sobre la justicia. Petro replicó que la convocatoria a la consulta es una expresión del Estado de Derecho y denunció intentos de influir en la justicia para frenar sus reformas.
En respuesta a las críticas de la oposición, como las de Paola Holguín, quien advirtió sobre los efectos negativos de la reforma laboral en la economía y el empleo, Petro desafió a sus detractores a llevar la propuesta a las urnas . «Si quieren que vamos a las urnas en una consulta popular, está bien», afirmó, subrayando que los colombianos tienen la capacidad de decidir sobre su futuro.
Con la movilización en marcha y el Senado bajo presión, el futuro de las reformas de Petro y la consulta popular se mantiene incierto. El presidente ha dejado claro que no aceptará la derrota sin luchar, convocando al pueblo colombiano a unirse en defensa de sus derechos y reformas.