A pocas semanas de que Donald Trump asuma nuevamente la presidencia de Estados Unidos, sus recientes declaraciones sobre el Canal de Panamá han desatado una ola de reacciones en América Latina. Trump, en un mensaje difundido a través de su red social Truth Social, afirmó que las tarifas actuales del Canal son una «estafa» para su país y advirtió que, si no se respetan los principios morales y legales de su construcción, exigirá la devolución del Canal a Estados Unidos. Esta postura fue calificada por el presidente colombiano, Gustavo Petro, como una amenaza directa a la soberanía panameña y un retroceso en las relaciones interamericanas.

Petro, a través de su cuenta en la red social X, expresó su firme respaldo a Panamá y dejó claro que Colombia estará «hasta las últimas consecuencias» del lado del país vecino para defender su independencia y dignidad. «Si el nuevo gobierno de EE. UU. quiere hablar de negocios, hablaremos de negocios, pero jamás se negociará la dignidad», afirmó el mandatario colombiano.

La polémica declaración de Donald Trump

En sus declaraciones, Donald Trump calificó el Canal de Panamá como un “activo nacional vital” para la seguridad y la economía estadounidense, recordando que su construcción fue una obra monumental realizada bajo la dirección de Estados Unidos durante la presidencia de Theodore Roosevelt. Trump afirmó que «el presidente Jimmy Carter tontamente lo regaló» durante su mandato, refiriéndose a la firma de los Tratados Torrijos-Carter en 1977, los cuales devolvieron la administración del Canal a Panamá en 1999.

«Las tarifas que cobra Panamá son ridículas, especialmente considerando la extraordinaria generosidad que Estados Unidos ha mostrado», insistió Trump, asegurando que más del 70 % de los tránsitos del Canal están relacionados con el comercio de su país. También destacó la importancia estratégica del Canal para el despliegue rápido de la Marina estadounidense entre los océanos Atlántico y Pacífico.

Sin embargo, las afirmaciones del presidente electo han sido interpretadas por muchos analistas como una posible estrategia para presionar a Panamá con miras a renegociar los términos de uso del Canal o incluso intentar retomar su control.

La respuesta de Gustavo Petro y su visión regional

El presidente Petro reaccionó con contundencia, destacando que las declaraciones de Trump no solo amenazan la soberanía panameña, sino que también desestiman los avances de América Latina hacia una relación de igualdad con Estados Unidos. Petro, conocido por su visión crítica hacia las políticas históricas de dominación en la región, hizo énfasis en que cualquier intento de menospreciar la independencia de Panamá repercutirá negativamente en toda América Latina.

«Si no quieren miriadas pasando el Darién, incrementadas por millones desde Panamá hasta México, deben entender que dependerá de la prosperidad y libertad de nuestros pueblos», expresó Petro, en alusión a la crisis migratoria que afecta a la región. Estas palabras subrayan la importancia de abordar las relaciones interamericanas desde una perspectiva de cooperación y respeto mutuo.

Además, Petro advirtió que hundir a Panamá en la pobreza, como consecuencia de políticas unilaterales, tendría costos económicos y humanitarios más altos que las tarifas actuales del Canal. “Si le parece costoso pagar por pasar el Canal en manos de los panameños, mucho más costoso será hundir a Panamá, Suramérica, Centroamérica o México en la pobreza”, añadió.

La postura de Panamá y el simbolismo del Canal

El Canal de Panamá, una de las mayores obras de ingeniería del siglo XX, es más que una vía de conexión entre océanos; es un símbolo de la independencia y soberanía panameña. Desde que asumió su administración en 1999, Panamá ha gestionado con éxito el Canal, invirtiendo en su modernización y ampliación para atender las crecientes demandas del comercio global.

Las declaraciones de Trump han generado una ola de solidaridad con Panamá en América Latina, donde el recuerdo de las intervenciones estadounidenses sigue siendo un tema sensible. Líderes de la región y ciudadanos panameños han manifestado su rechazo a cualquier intento de deslegitimar los derechos de Panamá sobre el Canal, reafirmando que este es un patrimonio soberano e innegociable.

¿Un nuevo capítulo en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina?

Las declaraciones de Trump sobre el Canal de Panamá podrían marcar el inicio de un periodo de tensiones en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, especialmente si su administración adopta una postura confrontacional. Por ahora, figuras como Gustavo Petro han dejado claro que la región está dispuesta a defender su soberanía y dignidad frente a cualquier intento de injerencia.

El apoyo de Colombia a Panamá en esta disputa no solo refuerza la unidad regional, sino que también envía un mensaje claro a la comunidad internacional: América Latina no está dispuesta a retroceder en los logros obtenidos en su lucha por la independencia y la equidad en las relaciones internacionales.

Mientras Trump se prepara para asumir el cargo, queda la incógnita de cómo evolucionarán estas tensiones. ¿Será este un episodio aislado o el comienzo de una nueva era de confrontación? Lo que es seguro es que el Canal de Panamá, una vez más, se encuentra en el centro del escenario geopolítico global.


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