El miércoles pasado, por tercera vez, el Senado aplazó la discusión de la reforma pensional debido a la falta de quórum.
La reforma pensional, junto con la reforma a la salud, es una de las iniciativas clave del gobierno petrista. Sin embargo, su trámite ha sido complicado debido a una estrategia que ha dado frutos a la oposición: disolver el quórum para dilatar la discusión. Esta táctica democrática ya había sido utilizada la semana pasada para paralizar el debate.
Aunque se esperaba que el miércoles se discutiera la iniciativa en segundo debate, solo se lograron votar algunos impedimentos, quedando pendientes más de 20. La sesión tuvo que ser levantada nuevamente por falta de quórum.
Este hecho adquiere mayor relevancia considerando los plazos del Congreso: la iniciativa debe ser aprobada antes del 20 de junio, fecha en que concluye esta legislatura. Sin embargo, aún quedan impedimentos por resolver y ponencias por discutir.
El senador Jota Pe Hernández, de la Alianza Verde, defendió la estrategia de disolver el quórum: «He decidido hacer parte de esos congresistas que nos acogemos a la estrategia legítima de romper el quórum», manifestó.