Durante la noche del sábado 3 de agosto de 2025, autoridades de Bogotá encontraron a varios menores emberá en estado de alicoramiento y sin acompañamiento adulto en una fiesta que se desarrollaba en inmediaciones del Parque Nacional, un emblemático espacio verde de la ciudad. La situación encendió las alarmas de entidades distritales y defensores de derechos humanos, ya que se trata de una población vulnerable que ha vivido en condiciones precarias desde su llegada a la capital.

El hallazgo ocurrió mientras se desarrollaba una intervención de rutina por parte de los equipos de la Secretaría de Integración Social y el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), que han venido monitoreando el asentamiento indígena ubicado dentro del parque. Según las autoridades, los menores fueron sorprendidos ingiriendo alcohol en un entorno sin supervisión, lo que representa un riesgo crítico para su salud y bienestar.

Intervención de las autoridades y activación de protocolos de protección

Ante la gravedad del escenario, la Secretaría de Integración Social activó de inmediato sus protocolos de atención integral para la infancia, orientados a proteger los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes. Estos protocolos incluyen traslados a entornos seguros, verificación de parentesco y aplicación de medidas de restablecimiento de derechos cuando sea necesario.

Por su parte, el ICBF señaló que se encuentra en proceso de individualización de los casos para determinar el grado de vulnerabilidad de cada menor. De ser requerido, se pondrán en marcha procesos de restablecimiento que pueden incluir ubicación en hogares de paso o vinculación a programas especializados. El organismo también enfatizó que se está evaluando la responsabilidad de los adultos cuidadores, en caso de que hayan incumplido su deber de protección.

Las autoridades han reiterado que este tipo de situaciones refuerzan la necesidad de mantener presencia institucional permanente en el Parque Nacional, donde actualmente habitan varias familias indígenas emberá en situación de desplazamiento y pobreza extrema.

Contexto del asentamiento indígena y tensiones con la ciudad

La presencia de comunidades indígenas emberá en el Parque Nacional no es nueva. Desde hace años, este grupo ha buscado refugio en Bogotá tras ser desplazado de sus territorios por el conflicto armado y la violencia estructural en sus regiones de origen, especialmente en departamentos como Chocó y Risaralda. Aunque la Alcaldía de Bogotá ha ofrecido opciones de retorno voluntario y alojamiento temporal, muchas familias se han resistido a salir del parque por desconfianza en las garantías ofrecidas.

Organizaciones de derechos humanos han alertado en reiteradas ocasiones sobre la precaria situación en la que viven estas comunidades dentro del parque: hacinamiento, falta de acceso a servicios básicos, condiciones insalubres y alta exposición a riesgos para los menores. La fiesta registrada recientemente agrava aún más este panorama, evidenciando un posible deterioro en las condiciones de protección infantil y comunitaria.

La Alcaldía Mayor de Bogotá ha manifestado su compromiso con el respeto de los derechos de las comunidades indígenas, pero también ha insistido en la necesidad de reubicar estos asentamientos para garantizar condiciones dignas, especialmente para la niñez.

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