Nicolás Maduro, presidente de la República Bolivariana de Venezuela, ha tomado un nuevo rumbo en su discurso político al proponer declarar al expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez como «enemigo público» del país. Esta medida, impulsada desde la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), refleja la escalada de tensiones entre ambas naciones en un momento de crisis política y social en Venezuela.

El documento que registra esta iniciativa establece las bases de esta polémica decisión. En el primer punto del orden del día de la ANC, se especifican las razones que justifican la propuesta. Según el texto, la declaración se enmarca en el artículo 111 del Reglamento Interior y de Debates de la Asamblea Nacional.

“Proyecto de acuerdo para declarar enemigo público de la República Bolivariana de Venezuela al paramilitar, terrorista, narcotraficante, asesino, criminal y representante de la ultraderecha internacional, Álvaro Uribe Vélez», detalla el documento, en términos que subrayan una fuerte carga ideológica y política.

Los motivos detrás de la medida

La propuesta de Maduro surge pocos días después de que el expresidente colombiano Álvaro Uribe emitiera declaraciones solicitando una intervención internacional en Venezuela. El pasado 11 de enero, durante un acto político en Cúcuta, Uribe manifestó abiertamente su posición frente al gobierno venezolano, al que tildó de dictatorial, y pidió acciones drásticas.

“Pedimos una intervención internacional, preferiblemente avalada por las Naciones Unidas, que desaloje a esos tiranos del poder y convoque de inmediato a unas elecciones libres”, expresó Uribe ante sus seguidores, en alusión directa al cuestionado segundo mandato de Maduro.

El llamado del exmandatario colombiano no solo buscaba el respaldo internacional para propiciar un cambio de gobierno, sino que llegó en un momento de fuerte cuestionamiento hacia la legitimidad de la reelección de Maduro, ocurrida el 10 de enero, y considerada fraudulenta por diversos gobiernos y organismos internacionales.

Respuesta inmediata desde Caracas

La reacción del presidente Nicolás Maduro no se hizo esperar. Durante su mensaje anual a la nación, transmitido por el canal estatal VTV, el mandatario venezolano arremetió contra Álvaro Uribe y también contra el expresidente Iván Duque, a quienes acusó de ser «narcoparamilitares» y de orquestar amenazas contra su gobierno.

“Tomemos en serio las amenazas criminales del narcoparamilitar Álvaro Uribe e Iván Duque y preparemos, aceitemos los fusiles porque esta tierra sagrada jamás aceptará la bota insolente de paramilitares extranjeros ni imperialistas», declaró Maduro con tono enérgico.

Además, el mandatario hizo un llamado a las Fuerzas Armadas venezolanas a mantenerse alerta y preparadas, asegurando que no permitirá ninguna intromisión extranjera en el territorio venezolano. Estas palabras, cargadas de un marcado tono bélico, alimentan la ya tensa relación entre los gobiernos de ambos países.

Tensión histórica entre Colombia y Venezuela

La rivalidad política entre Álvaro Uribe Vélez y Nicolás Maduro no es un hecho reciente. Durante su mandato como presidente de Colombia, Uribe fue un crítico abierto del entonces presidente Hugo Chávez y, posteriormente, de Maduro, considerando a ambos como responsables del deterioro democrático en Venezuela.

Por su parte, el régimen venezolano ha acusado reiteradamente a Uribe de fomentar la desestabilización del país y de promover acciones paramilitares contra su gobierno. Estas tensiones han mantenido las relaciones diplomáticas entre Colombia y Venezuela en un estado de permanente fragilidad.

El actual gobierno de Colombia, liderado por Gustavo Petro, ha intentado recomponer las relaciones bilaterales con Venezuela. Sin embargo, declaraciones como las de Uribe y la respuesta agresiva de Maduro dificultan los avances en este objetivo.

¿Qué sigue en la relación bilateral?

La propuesta de declarar a Álvaro Uribe Vélez como «enemigo público» de Venezuela no solo representa un nuevo capítulo en la tensa relación entre ambos países, sino que podría tener repercusiones a nivel regional e internacional.

¿Será esta medida una estrategia política de Maduro para consolidar su liderazgo interno en medio de la crisis, o marcará el inicio de una confrontación diplomática de mayor envergadura con Colombia? Lo cierto es que, con cada declaración, la distancia entre los dos países se amplía, dejando en el aire el futuro de sus relaciones y de la estabilidad en la región.


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