Un reciente estudio genético transformó la comprensión científica del origen de los gatos domésticos. Según la investigación publicada en Science y difundida por National Geographic, estos animales provienen del norte de África y no del Medio Oriente, como se creyó durante décadas.
Durante años, la teoría dominante señalaba que los gatos habían sido domesticados por agricultores del Neolítico hace unos 10.000 años en la región del Creciente Fértil, desde donde se habrían expandido hacia Europa. Sin embargo, el nuevo análisis —basado en ADN antiguo y moderno— derriba esa hipótesis y propone un escenario completamente diferente.
Un análisis genético sin precedentes
El equipo internacional dirigido por Claudio Ottoni, de la Universidad de Roma Tor Vergata, analizó restos de 225 gatos antiguos y modernos provenientes del norte de África, Israel y Europa, abarcando más de 10.000 años de historia evolutiva. De ellos, se obtuvieron 87 genomas completos, algo nunca antes conseguido en estudios de este tipo.
La clave del avance radica en la metodología: investigaciones previas se basaban únicamente en ADN mitocondrial, que refleja solo la línea materna. En contraste, el genoma completo permite evaluar la mezcla genética de múltiples individuos a lo largo del tiempo.
“Los genomas completos ofrecen una resolución mucho mayor”, explicó Ottoni, subrayando la capacidad del análisis para reconstruir vínculos evolutivos con precisión.
Los gatos europeos antiguos no eran los que creemos
Uno de los hallazgos más reveladores es que los gatos europeos anteriores al año 200 a.C. no estaban relacionados con los gatos domésticos modernos, sino con el gato montés europeo (Felis silvestris). Estos felinos salvajes convivían de manera ocasional con humanos, pero no formaban parte de una relación domesticada.
La llegada del gato doméstico —descendiente del gato salvaje africano (Felis lybica)— se produjo alrededor del siglo I d.C., impulsada por las rutas comerciales mediterráneas.
Fenicios, púnicos y romanos: los grandes propagadores del gato doméstico
El estudio muestra que la expansión de los gatos domésticos hacia Europa fue resultado directo de las redes comerciales fenicias y púnicas, que trasladaron animales entre el norte de África, Cerdeña y la península ibérica.
Posteriormente, el Imperio Romano aceleró su presencia en el continente. Restos encontrados en campamentos militares de Austria, Serbia y Gran Bretaña evidencian gatos con gran similitud genética respecto a los domésticos actuales.
Jonathan Losos, biólogo evolutivo de la Universidad de Washington, destacó que el nuevo análisis desmiente categóricamente la supuesta migración felina de hace 6.500 años sugerida por estudios basados en ADN mitocondrial. “El genoma completo cuenta otra historia”, afirmó.
Asia tampoco es la excepción
La investigación también esclarece el panorama en Asia oriental. Según trabajos paralelos, los gatos domésticos llegaron allí hace unos 1.400 años a través de comerciantes de Oriente Medio que utilizaban la Ruta de la Seda.
Mientras tanto, restos felinos encontrados en China con antigüedad de 5.400 años corresponden al gato leopardo local, un felino que se acercaba a asentamientos humanos pero que no llegó a domesticarse.
Un proceso más reciente y complejo de lo que se creía
El origen del gato doméstico ha sido particularmente difícil de rastrear debido a la escasez de restos y la similitud física entre gatos salvajes y domésticos. Este nuevo estudio redefine la cronología del vínculo humano-felino y sugiere una domesticación más tardía y menos lineal.
Leslie Lyons, genetista felina de la Universidad de Missouri, lo resume así: “Los gatos siguen siendo misteriosos, pero poco a poco revelan sus secretos”.
Lo que sigue en la investigación
El equipo de Ottoni planea analizar ADN de gatos momificados en Egipto y otros restos del norte de África para precisar aún más el lugar y momento exacto de la domesticación. Los científicos coinciden en que el ADN felino de más de dos mil años será clave para resolver uno de los grandes enigmas de la historia de los animales que conviven con el ser humano.

