El último barco de la Global Sumud Flotilla, identificado como Marinette y con bandera polaca, fue interceptado este viernes en el mar Mediterráneo por la Marina israelí, confirmaron los organizadores de la misión. La embarcación, que transportaba ayuda humanitaria con destino a Gaza, había quedado rezagada del resto de la expedición debido a una avería mecánica.
El abordaje tuvo lugar hacia las 10:29 hora local, a unas 42,5 millas náuticas de la costa de Gaza, según mostraron imágenes transmitidas en directo. Con esta acción, Israel completó la intercepción de los barcos que integraban la flotilla humanitaria, desatando nuevamente el debate internacional sobre la legitimidad de estas operaciones en aguas internacionales.
Intercepción masiva y detención de tripulantes
Desde la noche del miércoles, el Ejército israelí ha interceptado más de 40 barcos de la Global Sumud Flotilla y detenido a un total de 473 tripulantes, quienes fueron trasladados este viernes a la prisión de Saharonim, en el desierto del Neguev. El operativo fue presentado por las autoridades israelíes como una acción de seguridad, mientras que los organizadores lo denunciaron como una violación del derecho internacional.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, felicitó a la Marina por “repeler una campaña de deslegitimación contra Israel”, mientras que Estados Unidos calificó la misión como una “provocación deliberada e innecesaria”. Estas posturas reflejan el pulso diplomático que rodea al conflicto en Gaza y la forma en que las iniciativas civiles buscan romper el bloqueo impuesto sobre la región.
Denuncias por operación en aguas internacionales
El comité organizador de la flotilla denunció que la intercepción constituye una acción ilegal, pues se realizó en aguas internacionales. Según los portavoces, los barcos transportaban ayuda humanitaria y voluntarios de más de cuarenta nacionalidades cuyo objetivo era “romper el asedio ilegal de Israel a Gaza”.
“La determinación de enfrentar las atrocidades de Israel y apoyar al pueblo palestino permanece inquebrantable”, expresó la expedición en un comunicado. La declaración busca reforzar la legitimidad de la misión, que se había convertido en la operación humanitaria marítima más amplia organizada hasta la fecha, con barcos que partieron desde España, Túnez, Italia y Grecia.
El caso del Marinette fue particular porque, debido a una avería, quedó aislado del resto de la flotilla, lo que retrasó su intercepción. Sin embargo, el desenlace fue el mismo: la Marina israelí procedió a su abordaje y traslado de tripulantes, cerrando así el ciclo de operaciones contra esta misión humanitaria.
Una nueva flotilla sigue en camino
Pese al duro golpe a la Global Sumud Flotilla, no todas las iniciativas han sido frenadas. Otra expedición, denominada Flotilla de la Libertad-Thousand Madleens, continúa navegando rumbo a Gaza. De acuerdo con su sistema de rastreo, este viernes la misión avanzaba con nueve barcos a la altura de la isla de Creta, manteniendo viva la intención de desafiar el bloqueo marítimo impuesto por Israel.
Este tipo de misiones se ha convertido en un símbolo de resistencia civil y de solidaridad internacional con la población de Gaza, aunque sus organizadores enfrentan crecientes dificultades logísticas y riesgos de intercepción. Para los defensores de estas iniciativas, la ayuda humanitaria es un deber moral y legal; para las autoridades israelíes, representa un desafío a su seguridad y soberanía.
¿Qué impacto deja la intercepción de la Global Sumud Flotilla?
La interceptación del Marinette y de los otros 41 barcos de la flotilla plantea un nuevo interrogante sobre la eficacia de este tipo de misiones y el costo humano y político que conllevan. Por un lado, evidencian la determinación de cientos de voluntarios internacionales en su apoyo a Gaza; por otro, muestran la firmeza de Israel en evitar cualquier intento de romper el bloqueo.
El impacto inmediato es doble: miles de toneladas de ayuda humanitaria no alcanzaron su destino, y la tensión internacional alrededor del conflicto en Gaza se intensificó. Al mismo tiempo, las flotillas mantienen viva la discusión sobre los límites del derecho marítimo y el equilibrio entre la seguridad nacional y los derechos humanitarios.
La pregunta que queda abierta es si las próximas expediciones lograrán avanzar o si el patrón de intercepciones continuará marcando el rumbo de estas misiones solidarias. En cualquier caso, el desenlace del Marinette simboliza tanto los obstáculos como la persistencia de quienes buscan abrir una vía de ayuda hacia Gaza.