La comunidad indígena Emberá de Risaralda que permaneció durante meses en Bogotá inició su proceso de retorno a su territorio ancestral con un respaldo económico clave. Son más de 650 niñas, niños y adolescentes, junto a sus familias, quienes se preparan para regresar al Resguardo Unificado Chamí, ubicado en el corregimiento de Santa Cecilia, municipio de Pueblo Rico, Risaralda. Durante su permanencia en la capital, estuvieron asentados en el parque Nacional y en las Unidades de Protección Integral La Rioja y La Florida. La Secretaría de Integración Social acompañó este proceso, brindando especial atención a la niñez con jardines infantiles, Centros Amar y Centros Abrazar. En total, 340 menores recibieron cuidado permanente, mientras los 650 niños participaron en actividades pedagógicas diseñadas para garantizar espacios seguros durante la espera de su traslado.

Subsidio millonario para la comunidad Emberá de Risaralda

Como parte del proceso de retorno, el Distrito anunció la entrega de transferencias monetarias a las familias Emberá a través del programa Ingreso Mínimo Garantizado (IMG). El secretario de Integración Social, Roberto Angulo, explicó que se destinarán 1.692 millones de pesos en dos ciclos de pago, gracias a un convenio con la Secretaría de Hacienda y el Banco Agrario. Este apoyo busca asegurar que los hogares cuenten con un respaldo económico mientras se estabilizan en Risaralda, mitigando los riesgos de vulnerabilidad tras abandonar Bogotá. La medida responde a la política pública de retorno y pretende ofrecer condiciones dignas a una comunidad que históricamente ha enfrentado exclusión y desplazamiento. Para las autoridades, este subsidio no solo representa una ayuda económica temporal, sino también un paso hacia la reconstrucción del tejido social y la reafirmación del arraigo en el resguardo.

Protección a la niñez Emberá durante la transición

Uno de los ejes centrales de la atención a la comunidad Emberá fue la protección de los menores. Cerca de 340 niños y niñas accedieron a programas de educación y cuidado en jardines infantiles, Centros Amar y Centros Abrazar. Además, 150 servidores públicos fueron asignados para acompañar a los menores con actividades pedagógicas y de protección, en cumplimiento del mandato constitucional de garantizar los derechos de la infancia. El proceso de retorno, liderado por la Consejería de Paz, Víctimas y Reconciliación, incluyó coordinación con varias entidades distritales para asegurar condiciones de seguridad y sostenibilidad en el traslado hacia Risaralda. Sin embargo, también se identificaron retos sociales: se registraron 13 denuncias en la Fiscalía y 26 procesos en comisarías de familia por violencia intrafamiliar, los cuales seguirán su curso judicial en paralelo al retorno de las familias.

¿Cómo impactará este subsidio a la comunidad Emberá de Risaralda?

El subsidio otorgado a los indígenas Emberá de Risaralda es más que un simple apoyo económico. Representa un compromiso del Estado para que esta comunidad regrese a su tierra con garantías de seguridad y dignidad. La inversión en el Ingreso Mínimo Garantizado busca no solo atender necesidades inmediatas de transporte y alimentación, sino también favorecer la autonomía económica y social del resguardo en Pueblo Rico. El desafío será garantizar que estos recursos permitan a la comunidad establecer bases sólidas de sostenibilidad, evitando que la falta de oportunidades provoque un nuevo ciclo de desplazamientos hacia ciudades como Bogotá. La pregunta que queda abierta es si esta ayuda económica podrá ser suficiente para consolidar un arraigo real y duradero en el territorio ancestral, fortaleciendo así la identidad cultural y el bienestar de las futuras generaciones Emberá.

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