El telescopio Gemini Sur, instalado en Cerro Pachón (Chile), obtuvo una nueva imagen de la Nebulosa Mariposa, una de las estructuras más llamativas del cielo profundo. El registro fue presentado por el observatorio internacional Gemini y por NoirLab, de la Fundación Nacional de Ciencias de Estados Unidos, destacando la riqueza de colores y formas del objeto, ubicado entre 2.500 y 3.800 años luz en la constelación de Escorpio.
Conocida oficialmente como NGC 6302, esta nebulosa pertenece al tipo planetaria bipolar, una categoría formada cuando una estrella semejante al Sol llega a las últimas etapas de su vida. En el centro de esta compleja estructura se encuentra una enana blanca extraordinariamente caliente, cuyos restos estelares continúan energizando el gas expulsado tiempo atrás. Los astrónomos señalan que la temperatura superficial de este núcleo supera los 250.000 °C, convirtiéndola en una de las estrellas más calientes registradas.
Según los especialistas, la estrella que dio origen a la nebulosa debió ser mucho más grande que el Sol. Antes de reducirse a una enana blanca, pasó por una fase de gigante roja, probablemente alcanzando un diámetro cercano a mil veces el de nuestra estrella. En ese proceso, expulsó al espacio sus capas externas, que hoy conforman las grandes “alas” de gas que caracterizan a la Nebulosa Mariposa.
Los colores presentes en la imagen no son decorativos, sino indicadores de la composición química del material expulsado. El rojo profundo señala la presencia de hidrógeno ionizado, mientras que el azul brillante corresponde a oxígeno sometido a una intensa energía. También se identificaron rastros de nitrógeno, hierro y azufre, elementos que en el futuro podrán formar parte de nuevas estrellas y sistemas planetarios.
La elección del objetivo observado no fue casual: estudiantes chilenos seleccionaron esta nebulosa para conmemorar los 25 años de operación del Observatorio Internacional Gemini. La imagen resultante, detallaron los científicos, es una muestra del potencial de los telescopios ópticos de gran tamaño para explorar las transformaciones finales de las estrellas y la química del cosmos.

