Altos funcionarios del régimen venezolano, encabezados por Delcy Rodríguez y Jorge Rodríguez, ofrecieron en secreto a Estados Unidos una alternativa política que excluía al presidente Nicolás Maduro del poder. Según fuentes citadas por el Miami Herald, los hermanos Rodríguez habrían gestionado, en los últimos meses, contactos indirectos con Washington a través de intermediarios en Qatar, con el objetivo de promover una transición controlada que preservara la estructura política chavista, pero sin su actual líder al frente. Esta propuesta, rechazada por la Casa Blanca, buscaba mostrar a los Rodríguez como un “mal menor” dentro de la cúpula del madurismo, garantizando la estabilidad institucional y evitando un colapso político interno.
La iniciativa habría sido planteada en dos ocasiones, como parte de un intento por reducir las tensiones diplomáticas y presentarse como una opción viable ante un eventual aislamiento del régimen. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses consideraron que la oferta no representaba un cambio real de poder, sino un intento de prolongar la continuidad del chavismo bajo nuevas figuras.
Una negociación discreta con mediación qatarí
Fuentes cercanas a las conversaciones aseguran que las reuniones entre los emisarios venezolanos y los contactos en Doha se desarrollaron en un marco de absoluta confidencialidad. Qatar, que ha mantenido vínculos tanto con Washington como con Caracas, habría servido como puente para transmitir el mensaje a la administración estadounidense. La propuesta consistía en facilitar una transición política sin Nicolás Maduro, donde los hermanos Rodríguez y otras figuras de confianza del chavismo continuarían al frente del aparato estatal, incluyendo el control del Tribunal Supremo de Justicia, la Asamblea Nacional y las Fuerzas Armadas.
El planteamiento, según el Miami Herald, pretendía evitar un cambio brusco que pusiera en riesgo la estabilidad militar o los intereses económicos del régimen. En este esquema, los Rodríguez se presentarían como garantes de un proceso ordenado que permitiría mantener intacta la red de poder chavista, incluso sin su principal figura visible. Sin embargo, Washington interpretó el ofrecimiento como un intento de perpetuar el mismo modelo autoritario bajo una fachada reformista.
Estados Unidos mantuvo su desconfianza ante Caracas
Pese a los esfuerzos diplomáticos de los hermanos Rodríguez, Estados Unidos descartó las propuestas, reafirmando su postura de no reconocer ningún proceso de transición que no implique una salida efectiva del chavismo del poder. De acuerdo con funcionarios norteamericanos citados por la prensa, la administración de Joe Biden ha sostenido que cualquier negociación debe incluir garantías democráticas verificables, elecciones libres y la liberación de presos políticos.
La desconfianza de Washington se sustenta también en el historial de los Rodríguez, quienes han sido piezas clave en la consolidación del régimen y enfrentan sanciones internacionales. Delcy Rodríguez, vicepresidenta ejecutiva, y su hermano Jorge, presidente de la Asamblea Nacional, son considerados los operadores políticos más influyentes de Maduro, con control directo sobre sectores estratégicos del Estado. En los últimos años, ambos han encabezado las conversaciones con la oposición y han sido voceros de la narrativa oficialista en foros internacionales, proyectando una imagen de pragmatismo que, para Washington, no borra su rol dentro de una estructura considerada represiva.
¿Qué busca el chavismo con estas maniobras?
Analistas consultados por medios internacionales señalan que los contactos de los hermanos Rodríguez con Estados Unidos forman parte de una estrategia más amplia para asegurar la continuidad del régimen, ante el desgaste de la figura de Maduro y la presión económica derivada de las sanciones. El plan de un “madurismo sin Maduro” permitiría renovar la fachada del poder, manteniendo a las mismas élites políticas y militares en control del país.
Esta maniobra también reflejaría tensiones internas dentro del chavismo, donde distintos sectores buscan posicionarse para una eventual transición. Los Rodríguez, con amplio respaldo institucional y vínculos diplomáticos, habrían apostado por presentarse como un punto intermedio entre la radicalidad de Maduro y las exigencias internacionales de apertura. Sin embargo, el rechazo de Washington evidencia que Estados Unidos no considera viable una transición liderada por figuras asociadas al régimen.
El intento de los hermanos Rodríguez plantea una pregunta central para el futuro político de Venezuela: ¿es posible una salida negociada al conflicto sin desmontar el aparato chavista? Por ahora, la respuesta de la comunidad internacional sigue siendo la misma: sin democracia real, no habrá reconocimiento ni alivio de sanciones.