Gustavo Bolívar confirmó que renunciará a la dirección del Departamento de Prosperidad Social, un movimiento que lo perfila como una de las cartas más fuertes del progresismo colombiano para las elecciones presidenciales de 2026.
La noticia se oficializó este miércoles en una declaración a El Colombiano, donde Bolívar expresó que presentará su carta de renuncia al presidente Gustavo Petro. La salida de uno de los funcionarios más visibles del gobierno nacional no solo marca el cierre de un ciclo, sino que también abre un nuevo capítulo en el tablero político colombiano. Bolívar, quien ya se ha postulado para la Alcaldía de Bogotá, lidera actualmente las encuestas de intención de voto, consolidándose como figura central dentro de la izquierda colombiana.
Gustavo Bolívar: el político más favorecido por el electorado de izquierda
Los más recientes sondeos confirman que Bolívar tiene una posición privilegiada entre los posibles aspirantes a la presidencia. Según la encuesta de Guarumo publicada el pasado 28 de abril, Bolívar obtuvo un 12,6 % de favorabilidad, ubicándose por encima de figuras como Vicky Dávila (11,6 %) y Sergio Fajardo (11,4 %). Un mes antes, la medición de Invamer también lo posicionaba a la cabeza, con un 11,8 % de intención de voto.
Este respaldo ciudadano ha sido interpretado por Bolívar como un reconocimiento a su gestión en el Departamento de Prosperidad Social, una entidad encargada de coordinar las políticas públicas dirigidas a mitigar la pobreza y mejorar las condiciones de vida de los colombianos más vulnerables. “Creo que es un premio de la gente a la gestión que estoy haciendo en Prosperidad Social y demostrar que sí se puede administrar bien, con transparencia”, dijo en diciembre de 2024.
El funcionario ha mantenido una actitud prudente respecto a su candidatura, insistiendo en que nunca ha oficializado su interés por competir en las presidenciales. No obstante, el anuncio de su renuncia parece alinearse estratégicamente con los tiempos electorales, evitando así incurrir en inhabilidades legales que le impidan aspirar.
¿Quiénes serían sus rivales dentro del mismo espectro político?
La eventual candidatura de Bolívar no está exenta de tensiones internas. Dentro del mismo bloque de izquierda se barajan otros nombres de peso como la congresista María José Pizarro, el exembajador Roy Barreras y el exalcalde de Medellín Daniel Quintero. Este último, en particular, ha tenido diferencias marcadas con Bolívar, lo que podría anticipar una consulta interna con fuertes divisiones.
La posibilidad de una coalición de izquierda liderada por Bolívar dependerá de la capacidad de articulación entre estos liderazgos. Pizarro ha consolidado un respaldo importante en sectores progresistas, y Barreras mantiene una influencia decisiva en estructuras partidarias clave. El escenario más probable apunta a una consulta interna que defina al candidato presidencial del Pacto Histórico, la coalición que llevó a Gustavo Petro al poder.
En este contexto, la renuncia de Bolívar se convierte en un movimiento estratégico para consolidar una campaña con base social y legitimidad administrativa. La transición desde la gestión pública hacia la política electoral no será sencilla, pero su posicionamiento actual le otorga una ventaja inicial en una carrera que se prevé muy competitiva.
¿Será Gustavo Bolívar el rostro del progresismo en 2026?
Con una imagen favorable sostenida y una gestión pública percibida como eficaz, Gustavo Bolívar emerge como una figura central para el futuro político inmediato del país. Su renuncia no es solo un acto administrativo, sino el preludio de una contienda donde la izquierda buscará mantener el poder ejecutivo.
¿Logrará Bolívar superar las tensiones internas de su sector y consolidar una candidatura que represente al grueso del progresismo colombiano? Las próximas semanas serán clave para conocer si esta decisión marcará el inicio oficial de su campaña presidencial.