El gobierno de Estados Unidos, a través del FBI, ha ofrecido su respaldo a las autoridades colombianas en la investigación del atentado contra Miguel Uribe, senador y precandidato presidencial, ocurrido recientemente en el país. El anuncio fue realizado por el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, quien confirmó que se están movilizando recursos tanto nacionales como internacionales para esclarecer los hechos.

La colaboración del Buró Federal de Investigaciones fue solicitada directamente por el presidente Gustavo Petro, quien formalizó la petición mediante los canales diplomáticos establecidos con la embajada estadounidense. La solicitud se sustenta en la sospecha de que en el ataque participaron bandas criminales transnacionales, cuya influencia y logística supera las fronteras nacionales.

La ruta del arma: de Arizona a Colombia

Uno de los elementos clave en esta investigación internacional es el origen del arma utilizada en el ataque. Según reveló el director de la Policía Nacional, general Carlos Triana, el arma de fuego fue adquirida legalmente en el estado de Arizona, Estados Unidos, en agosto de 2020. Posteriormente, habría transitado por Florida antes de llegar a Colombia.

Este hallazgo refuerza la hipótesis de una operación delictiva transnacional, con posibles vínculos al tráfico ilegal de armas. Las autoridades colombianas han solicitado al FBI el rastreo completo del arma para identificar su recorrido, los intermediarios y los posibles nexos con redes del crimen organizado que operan entre ambos países.

El hecho de que el atacante haya sido un menor de edad ha incrementado la preocupación por los métodos de reclutamiento utilizados por estas estructuras criminales, así como por la facilidad con la que se accede a armamento de alto calibre a través de redes ilícitas.

Petro pide cooperación secreta de EE. UU.

El mandatario colombiano, Gustavo Petro, fue enfático al pedir la cooperación de los organismos secretos de Estados Unidos. A través de su cuenta en la red social X, anteriormente conocida como Twitter, afirmó: “He pedido, a través de la embajada de EE. UU., que los organismos secretos de ese país, ayuden a profundidad en la investigación del intento de asesinato del senador Uribe Turbay. El arma del sicario fue comprada en Arizona, EE. UU., y pasó por la Florida”.

La implicación directa del presidente en esta solicitud demuestra la gravedad con la que se está manejando el caso. El ataque no solo representa una amenaza contra un líder político, sino también un mensaje intimidatorio dentro del proceso electoral en curso, por lo que su impacto trasciende lo individual y toca los cimientos democráticos del país.

Además, la solicitud de apoyo internacional refleja una estrategia de cooperación bilateral más amplia en materia de seguridad y lucha contra el crimen organizado, alineada con las políticas recientes que apuntan al fortalecimiento de alianzas para enfrentar amenazas comunes.

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