El pasado 19 de abril, las autoridades estadounidenses capturaron a Stefan Andrés Correa, un ciudadano estadounidense de 42 años, en el Aeropuerto Internacional de Miami. Correa fue detenido mientras se disponía a abordar un vuelo con destino a Medellín, Colombia, con escala en Bogotá. Sin embargo, lo que parecía ser un viaje común y corriente se convirtió en el desenlace de una investigación que señalaba a Correa por presuntamente planear abusar sexualmente de cuatro niñas colombianas, todas ellas entre los 10 y 12 años de edad.
Las autoridades informaron que Correa, quien trabaja en el área farmacéutica, estaba bajo sospecha de compartir material sexual de menores a través de chats en línea. Durante el proceso de su detención, se descubrieron conversaciones donde ofrecía una suma de $300,000 y un teléfono iPhone 7 u 8 a cambio de satisfacer sus pretensiones sexuales con las menores, con la intención de evitar cualquier repercusión legal.
El alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, expresó su rechazo contundente ante este tipo de delitos, afirmando que en su ciudad no se tolerará la explotación sexual infantil. «Aquellos que vengan a explotar sexualmente a nuestros niños y niñas, no solamente no son bienvenidos, sino que los perseguiremos hasta capturarlos», declaró Gutiérrez.
Según las investigaciones, Correa había acordado el pago para que le llevaran a su lugar de hospedaje a las cuatro menores de edad y, supuestamente, ya había enviado los respectivos comprobantes. Además, se estableció que tenía la intención de encontrarse con las víctimas una vez que llegara a Colombia.
Este caso no es nuevo para las autoridades, ya que la investigación contra Correa se remonta a 2022, cuando comenzaron a analizar sus recurrentes viajes a Colombia. Según registros migratorios, el sujeto ha realizado al menos 45 visitas al país desde entonces, período durante el cual se sospecha que grabó videos pornográficos de sus víctimas y los compartió en chats con terceros.
Las acciones de las autoridades, tanto en Estados Unidos como en Colombia, han resultado en la captura de este individuo, lo que subraya la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra la explotación sexual infantil y el turismo sexual.