Esta decisión ha causado indignación en las autoridades colombianas, quienes habían solicitado la extradición de Marín para que enfrentara la justicia en su país de origen. A pesar de que Colombia ha cumplido cabalmente con el tratado de extradición con España, la justicia de este país ha decidido dejar en libertad al principal contrabandista y lavador de activos del narcotráfico colombiano.
El presidente Gustavo Petro ha expresado su preocupación por esta decisión, ya que considera que Marín representa un peligro para la sociedad debido a sus conexiones con el mundo criminal. “es el jefe de una amplia asociación para delinquir que incluye personas que están en el interior del Estado, en la vida política y, en general, en la delincuencia en Colombia, dedicados al contrabando en el país”, explicó Petro cuando se dio su captura.
La postura del gobierno español ha sido cuestionada por las autoridades colombianas, quienes consideran que se está poniendo en riesgo la seguridad de los ciudadanos al dejar en libertad a un presunto criminal de alta peligrosidad.
La libertad provisional de Diego Marín ha generado un debate en ambos países sobre la eficacia de los tratados de extradición y la cooperación judicial internacional. Muchos ciudadanos colombianos se preguntan si realmente se está haciendo justicia en este caso, o si se está privilegiando los intereses de los criminales en detrimento de la seguridad de la sociedad.
Las autoridades colombianas están evaluando las medidas a tomar para garantizar que Marín responda por sus acciones, y se espera que se llegue a una solución que satisfaga las demandas de justicia de la sociedad. Marín Buitrago, de nacionalidad española, está obligado a firmar cada 15 días y se le ha prohibido abandonar el territorio nacional. A partir de este momento, corresponderá a Colombia formalizar la solicitud de extradición y, posteriormente, será la Sala Penal la encargada de pronunciarse sobre la entrega.