Este martes 27 de agosto, el Tribunal Superior de Bogotá ha decidido no aceptar la nulidad solicitada en el proceso judicial contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez, quien enfrenta acusaciones por presunta manipulación de testigos. Con esta resolución, el juicio contra Uribe continuará su curso.

El magistrado Manuel Antonio Merchán fue el encargado de emitir esta decisión, en la que concluyó que no había bases legales suficientes para anular el caso. La defensa, liderada por el abogado Jaime Granados, argumentó que había errores en el procedimiento y solicitó que se considerara el asunto bajo la figura de «dolo eventual», en lugar de «dolo directo». Sin embargo, el tribunal reafirmó que las acusaciones persisten bajo el concepto de dolo directo.

Merchán explicó que la defensa no aportó pruebas que cuestionaran la condición de determinador atribuida a Uribe, lo que impide una revisión del contenido de las sentencias en instancias previas. Esto implica que no se lograron demostrar fallos en el proceso que justificaran la anulación.

El término «dolo directo» se refiere a que se considera que Uribe actuó con la intención clara de cometer el delito de manipulación de testigos. Esta figura contrasta con el «dolo eventual», donde una persona puede prever un resultado delictivo sin tener la intención directa de causarlo. La Fiscalía sostiene que las pruebas presentadas apoyan la acusación de dolo directo, lo que fue corroborado por el tribunal.

Además, el magistrado Merchán indicó que, al no haberse validado los fundamentos legales que la defensa presentó en su apelación, el tribunal no tiene obligación de considerar una afectación al debido proceso o a los derechos de defensa de Uribe.

Con esta decisión, el proceso judicial avanza, centrándose en las acusaciones de que el expresidente intentó influir en testigos mediante el abogado Diego Cadena, con el fin de modificar sus testimonios sobre presuntos vínculos entre Uribe y grupos paramilitares. Uribe, quien estuvo bajo arresto domiciliario en 2020 por este caso, se enfrentará a un juicio donde la figura del dolo directo será fundamental.

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