el lujo baja al metro chanel sorprende con un show sin jerarquias en nueva york captura de pantalla 2025 12 03 143630
Credit: Instagram: @chanelofficial

Chanel eligió un escenario inesperado para revelar su colección Métiers d’Art 2026: una estación del metro de Nueva York cerrada al público, convertida por una noche en la pasarela más singular de la firma. El desfile marcó el primer Métiers d’Art diseñado por Matthieu Blazy, quien asumió la dirección artística de la maison hace unos meses y que, con esta presentación, terminó de asentar su visión al frente de la casa francesa.

Lejos de los palacios europeos o de enclaves simbólicos como el Grand Palais, Chanel apostó por lo cotidiano para encontrar algo nuevo. La estación del Lower East Side, habitualmente silenciosa y deteriorada, fue transformada por completo con un kiosco de periódicos, torniquetes retro y mobiliario pintado en tonos naranja quemado. El ambiente, iluminado con luces cálidas, evocaba la energía urbana de Nueva York sin perder el halo sofisticado característico de la marca.

El desfile arrancó de la manera más neoyorquina posible: un tren llegó a los rieles y, de sus puertas, descendieron las modelos como si fueran pasajeras que recorren la ciudad. Blazy explicó después que eligió el metro porque es uno de los pocos espacios donde conviven, sin distinción, personas de todas las procedencias. Su intención era capturar esa mezcla social que define a Nueva York y trasladarla a un universo Chanel donde el lujo no excluye, sino que dialoga con la vida cotidiana.

La colección celebró la diversidad estética de la ciudad que nunca duerme. Blazy recurrió a personajes icónicos del imaginario neoyorquino —desde la periodista urbana de los setenta hasta la ejecutiva de los ochenta— mezclándolos con guiños a su propia experiencia en la ciudad durante su paso por Calvin Klein. Incluso introdujo una figura inspirada en los imitadores callejeros de superhéroes, reinterpretada con el glamour y la ironía propios de Chanel.

El desfile también recuperó momentos clave del archivo histórico de la maison. Destacaron referencias al viaje que Gabrielle Chanel realizó a Estados Unidos en 1931 para trabajar en vestuario de cine, y un look que reimaginó en tweed uno de los trajes usados por Gloria Swanson en aquella época. Blazy se valió de un enfoque casi cinematográfico para jugar con proporciones, volúmenes y siluetas, logrando un equilibrio entre nostalgia y modernidad.

La artesanía francesa, esencia del Métiers d’Art, se hizo protagonista en cada prenda. Los talleres asociados a la firma —Lesage, Maison Michel y otros— aportaron técnicas inéditas como tweeds con motivos de leopardo tejidos a mano y sedas tratadas para imitar texturas tradicionalmente asociadas al abrigo de lujo. La colección osciló entre la exuberancia y la precisión técnica, repasando décadas de historia del estilo neoyorquino con detalles que solo pueden lograrse en manos de artesanos expertos.

Con esta presentación, Blazy reafirmó su ambición: mantener vivo el legado de Chanel sin renunciar a una narrativa propia. Y al elegir el metro de Nueva York —un espacio común, vibrante y profundamente humano— consiguió darle a la alta costura un escenario inesperado donde el lujo y la ciudad coincidieron sin jerarquías.

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