El juez Juan M. Merchan, del Tribunal Supremo de Nueva York, decidió este viernes 6 de septiembre retrasar la sentencia penal contra el expresidente y candidato presidencial Donald Trump hasta el 26 de noviembre, tras los comicios presidenciales del 5 de noviembre. Esta decisión representa una victoria para el equipo legal de Trump, que argumentaba que una sentencia antes de las elecciones podría interferir con su candidatura en la contienda presidencial contra la demócrata Kamala Harris.

En mayo, un jurado popular en Nueva York declaró culpable a Trump por 23 casos de falsificación de documentos, relacionados con un pago irregular para silenciar a Stormy Daniels, una actriz porno con la que Trump mantuvo una relación extramarital. Este pago, realizado durante la campaña electoral de 2016, fue central en el caso, ya que el equipo de Trump intentó ocultarlo, alegando que podría dañar sus posibilidades electorales en ese momento.

La estrategia del equipo legal de Trump

El equipo de abogados de Trump solicitó posponer la sentencia, inicialmente programada para el 18 de septiembre, argumentando que influiría en el resultado de las elecciones. Esta estrategia legal forma parte de un esfuerzo más amplio para ganar tiempo y tratar de impugnar la condena, lo cual podría evitar un impacto negativo en la candidatura de Trump. El juez Merchan aceptó la petición de la defensa, lo que supone una pausa temporal en el proceso judicial hasta después de las elecciones presidenciales.

Por su parte, la Fiscalía no presentó objeciones ante este breve aplazamiento, facilitando la decisión del juez Merchan de retrasar la sentencia.

Consecuencias legales para Trump

En este caso, Trump enfrenta una posible condena de hasta cuatro años de prisión, aunque los expertos legales coinciden en que el juez Merchan probablemente optará por una pena más leve, como una sentencia condicional o visitas periódicas a la corte. Esta es solo una de las múltiples causas legales que enfrenta el expresidente, quien ha mantenido su postura de que todas las acusaciones en su contra forman parte de una «injerencia política».

El rechazo de otro tribunal a la defensa de Trump

A pesar de la decisión favorable en el Tribunal Supremo de Nueva York, no todo han sido buenas noticias para Trump en el ámbito legal. A principios de septiembre, el juez federal Alvin Hellerstein rechazó una petición de Trump para trasladar su caso penal, relacionado con los pagos a Stormy Daniels, a un tribunal federal. El equipo de Trump argumentó que, debido a su condición de expresidente, el caso debía ser manejado por la justicia federal, basándose en la inmunidad presidencial. Sin embargo, el juez Hellerstein rechazó este argumento, señalando que los pagos irregulares a una actriz porno no están vinculados con las funciones oficiales de un presidente.

En su decisión, Hellerstein fue claro al afirmar que la opinión del Tribunal Supremo no aplica en este caso, ya que los actos privados, como los pagos a Daniels, no forman parte de las responsabilidades ejecutivas. Esta fue la segunda vez que el juez denegó el traslado del caso a la jurisdicción federal, consolidando la permanencia del juicio en la corte de Nueva York.

Las declaraciones de Trump

El expresidente Trump, en una comparecencia desde la Torre Trump en Nueva York, reiteró sus críticas hacia el sistema judicial, calificándolo de «amañado» y denunciando una «injerencia política» en los casos legales en su contra. Trump subrayó que ser juzgado en Nueva York, una ciudad que considera adversa a los republicanos, es una prueba más de que el sistema judicial está contaminado por intereses políticos.

A pesar de los múltiples frentes judiciales que enfrenta, Trump sigue siendo una figura central en la política estadounidense y aspira a regresar a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre. Sin embargo, este conjunto de batallas legales podría tener un impacto significativo en su futuro político, ya sea favorable o desfavorable, dependiendo de cómo se resuelvan en los próximos meses.


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