El presidente Gustavo Petro volvió a poner en la agenda pública el controvertido tema de la presunta compra del software de espionaje Pegasus en Colombia durante el gobierno de Iván Duque. En una declaración hecha el 22 de octubre, Petro afirmó que altos directivos de NSO Group, la empresa israelí detrás del desarrollo de Pegasus, estuvieron involucrados directamente en transacciones millonarias relacionadas con la adquisición de este programa en Colombia. Según el mandatario, estos negocios se llevaron a cabo a través de vuelos privados en 2021, lo que ha despertado serias preocupaciones sobre posibles delitos como el lavado de activos.
El vuelo del 25 de junio de 2021: la primera transacción
De acuerdo con las declaraciones del presidente Petro, el 25 de junio de 2021, el vuelo M-ABGG, procedente de Israel, trajo a Yehuda Lahav, director de negocios de NSO Group, a Colombia. El presidente aseguró que Lahav transportaba cinco millones y medio de dólares en efectivo para cerrar la primera parte del trato. Este negocio, según Petro, fue realizado a través del hangar de narcóticos de la Policía Nacional en el aeropuerto El Dorado de Bogotá.
Petro también destacó que, en ese vuelo, ningún colombiano estaba involucrado, ya que todos los tripulantes eran ciudadanos israelíes. Uno de ellos, identificado como Oded Gindi, habría estado presente en ambas transacciones, lo que refuerza la teoría del presidente sobre la ilegalidad de la operación.
El segundo vuelo y la implicación del CEO de NSO Group
El segundo vuelo, según Petro, ocurrió el 18 de septiembre de 2021 en el avión T7CPX, y en este caso, el propio CEO de NSO Group, cuyo nombre no fue revelado directamente, llegó a Colombia para finalizar la transacción. Petro añadió que este alto directivo, quien también ocupó cargos importantes como director de aeropuertos en Israel, fue la figura clave en el acuerdo. Este vuelo también aterrizó en el hangar de la Policía Nacional, lo que generó más sospechas sobre la legalidad del proceso.
El presidente fue enfático al señalar que estos actos podrían configurarse como un caso de lavado de activos, dado que se habrían transportado grandes cantidades de dinero en efectivo sin los controles adecuados. «El representante del dueño de Pegasus ha lavado activos en Colombia», afirmó Petro, haciendo eco de una denuncia grave que podría tener repercusiones tanto en Colombia como en Israel.
Pegasus y su uso en Colombia: espionaje y violación de derechos
El software Pegasus fue creado originalmente para prevenir delitos graves como el terrorismo, el tráfico sexual y el narcotráfico. Sin embargo, según la información que ha salido a la luz, en Colombia pudo haber sido utilizado para espiar a miembros del partido Pacto Histórico, liderado por Petro y sus aliados. Esto fue revelado por la investigación de Señal Investigativa, una colaboración entre la revista Raya y Señal Colombia.
Pegasus es una herramienta extremadamente sofisticada que permite tomar el control total de dispositivos tecnológicos mediante un simple enlace. Cuando una persona afectada abre este enlace en su teléfono o computador, todas sus comunicaciones, archivos y datos personales quedan vulnerables, permitiendo a los operadores del software acceder a correos electrónicos, llamadas telefónicas y documentos. Además, los operadores pueden activar o desactivar funciones del dispositivo, como la cámara o el micrófono, sin que el usuario lo note.
Este tipo de espionaje no solo viola la privacidad de los ciudadanos, sino que también atenta contra los derechos fundamentales de los líderes políticos y sociales que pudieron haber sido vigilados sin ninguna orden judicial. Iván Duque y sus colaboradores han negado repetidamente que estas transacciones se hayan realizado, y aseguran que Pegasus no fue adquirido ni utilizado por su administración para estos fines.
Las implicaciones políticas y legales del caso Pegasus en Colombia
La denuncia de Petro pone en la mira tanto al gobierno anterior como a los altos ejecutivos de NSO Group. De confirmarse la participación de estos directivos en actividades ilegales, esto podría desencadenar investigaciones internacionales y tener consecuencias diplomáticas. Por otro lado, el supuesto uso de Pegasus para espiar a la oposición política en Colombia genera una sombra oscura sobre la transparencia democrática del país.
El escándalo ha reavivado el debate sobre la vigilancia estatal y el uso de tecnologías invasivas por parte de los gobiernos. En muchos países, Pegasus ha sido objeto de controversias similares, y su uso para fines políticos o de espionaje interno ha sido fuertemente criticado por organizaciones de derechos humanos.
¿Qué sigue para Colombia y el caso Pegasus?
El presidente Gustavo Petro ha dejado claro que esta situación no quedará impune. Las preguntas sobre quiénes estuvieron involucrados, cómo se gestionaron las transacciones y cuáles fueron los objetivos finales del uso de Pegasus en Colombia aún están sin respuesta. La denuncia sobre el lavado de activos abre la puerta a investigaciones más profundas tanto en Colombia como en Israel, y los resultados de estas investigaciones podrían tener un impacto significativo en la política nacional.
Mientras tanto, los colombianos se preguntan: ¿se tomarán medidas concretas para regular el uso de tecnologías de vigilancia en el país, y se hará justicia en este caso de espionaje? La administración de Petro parece decidida a obtener respuestas.