El expresidente Donald Trump volvió a encender la polémica internacional al declarar que durante su administración, Estados Unidos atacó un barco cargado con drogas procedente de Venezuela. Según sus palabras, la acción formaba parte de la política antidrogas que impulsó contra el régimen de Nicolás Maduro, al que catalogó en reiteradas ocasiones como una amenaza para la seguridad regional y un “narcoestado” vinculado al crimen organizado. Aunque Trump no entregó pruebas concretas ni detalles operativos, sus declaraciones han generado un fuerte debate sobre el alcance real de la estrategia militar de Washington en aguas del Caribe y sus implicaciones diplomáticas.

La declaración de Trump y el contexto político

En un acto público, el exmandatario aseguró que bajo su gobierno se adoptaron medidas “contundentes” contra los carteles y las redes de narcotráfico vinculadas con Venezuela. “Estados Unidos atacó un barco lleno de drogas que venía de Venezuela”, afirmó Trump, aunque evitó precisar cuándo ocurrió el supuesto operativo o qué agencias participaron en la acción. Estas declaraciones se producen en medio de un ambiente electoral en el que Trump busca consolidar su imagen de líder fuerte frente al crimen y reforzar su narrativa sobre la necesidad de proteger a Estados Unidos de amenazas extranjeras. Para los analistas, el mensaje encaja dentro de su estrategia de campaña, pero también reaviva tensiones diplomáticas con Caracas y plantea dudas sobre si existieron operaciones militares no reconocidas públicamente durante su mandato.

Política antidrogas y tensiones con Venezuela

Durante su presidencia, Trump impulsó la llamada “Operación Antinarcóticos en el Caribe”, anunciada en 2020, con el objetivo de frenar el flujo de cocaína hacia Estados Unidos. En ese entonces, altos funcionarios del Pentágono confirmaron el despliegue de buques de guerra y aviones de vigilancia en la región, en coordinación con países aliados. Si bien Washington había señalado que Venezuela era un corredor clave para el narcotráfico, nunca se había reconocido públicamente un ataque directo contra embarcaciones venezolanas. La afirmación de Trump añade un matiz distinto, al sugerir que se llegó a acciones ofensivas más allá de las operaciones de interdicción tradicionales. El régimen de Nicolás Maduro, por su parte, ha rechazado en repetidas ocasiones las acusaciones de vínculos con el narcotráfico, calificándolas como parte de una campaña de “agresión imperialista” destinada a justificar sanciones económicas y presiones internacionales.

¿Qué impacto tienen las afirmaciones de Trump?

Las declaraciones de Trump generan varias interrogantes. Primero, sobre la legalidad de un ataque militar en aguas internacionales o territoriales vinculadas a Venezuela. Segundo, respecto a la falta de confirmación oficial por parte del Pentágono o de la Guardia Costera, instituciones que suelen documentar y difundir resultados de operativos antidrogas. Tercero, en el plano diplomático, estas afirmaciones pueden tensar aún más las ya deterioradas relaciones entre Estados Unidos y Venezuela, en especial en un momento en el que la comunidad internacional evalúa escenarios de negociación política en Caracas. Para expertos en seguridad, no es casualidad que Trump haya retomado este discurso en plena campaña, pues le permite reforzar su imagen frente a su base electoral, apelando al control de fronteras, la lucha antidrogas y la mano dura contra gobiernos considerados hostiles. Sin embargo, la ausencia de pruebas concretas deja abierta la pregunta sobre si se trató de un hecho real o de un recurso político para generar impacto. ¿Fue realmente atacado un barco venezolano cargado de drogas o estamos ante una estrategia discursiva de campaña?

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