El debate político colombiano se agita tras la denuncia penal contra Gustavo Petro presentada ante la Comisión de Acusación de la Cámara de Representantes. El abogado Víctor Mosquera, en representación de la familia del senador y precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay, formalizó la querella señalando un patrón de presunto hostigamiento por parte del presidente a través de sus redes sociales.

El documento entregado por la defensa de Uribe Turbay argumenta que el mandatario habría desarrollado una conducta sistemática de acoso, utilizando al menos 43 publicaciones en la red social X (anteriormente Twitter), con mensajes que presuntamente construyeron un ambiente “hostil, discriminatorio y de odio” hacia el senador del Centro Democrático.


La estrategia jurídica de la familia Uribe Turbay

Según Víctor Mosquera, el contenido de las publicaciones realizadas por el jefe de Estado excede los límites del debate político y configura una conducta que, de ser probada, podría tener consecuencias penales. El abogado insiste en que, si bien la denuncia no vincula directamente a Petro con el atentado que sufrió su cliente el pasado 7 de junio, sí plantea que el tono de las declaraciones del presidente pudo contribuir a la creación de un clima de tensión que favoreciera ese acto violento.

“El presidente generó un ambiente que lo pudo provocar”, afirmó Mosquera ante los medios, haciendo referencia al contexto previo al ataque del que fue víctima el senador en la vía que conecta a Cundinamarca con Tolima. Aunque el abogado reconoce que no existen pruebas directas que relacionen a Petro con el hecho, el marco de hostigamiento descrito en la denuncia busca establecer un posible nexo indirecto.


Las 43 publicaciones y el rol de la red social X

Uno de los elementos centrales del documento es la mención detallada de 43 trinos emitidos desde la cuenta oficial de Gustavo Petro. Estos mensajes, según la defensa del senador, no solo se enfocan en críticas políticas, sino que también incluyen lenguaje que podría considerarse incitador y estigmatizante, con posibles efectos negativos en la seguridad personal del congresista y en la calidad del debate público.

El uso de redes sociales por parte de figuras de poder ha sido objeto de análisis a nivel global, especialmente cuando se trata de mensajes reiterados con carga emocional o ideológica intensa. En este caso, la defensa sostiene que el presidente, al ser una figura con amplísima exposición mediática y autoridad institucional, tiene una mayor responsabilidad frente a las posibles consecuencias de sus palabras en plataformas digitales.


¿Qué implicaciones tiene esta denuncia para la Presidencia?

La acción judicial fue radicada ante la Comisión de Acusación, el órgano encargado de investigar al presidente en ejercicio por hechos que puedan constituir faltas disciplinarias o delitos. Si bien este tipo de procesos rara vez avanzan rápidamente, el caso podría adquirir relevancia nacional si logra establecer una relación sólida entre la retórica presidencial y el contexto de violencia política.

El abogado Mosquera también subraya que los señalamientos del mandatario no solo afectan a Miguel Uribe en lo personal, sino que distorsionan las condiciones del ejercicio de la oposición. Desde su perspectiva, se ha generado una narrativa donde se busca deslegitimar a los contradictores del Gobierno, lo que vulneraría los principios democráticos y el derecho a la crítica política.

Además, esta denuncia se inscribe en un momento particularmente tenso del panorama político, donde la seguridad de líderes opositores vuelve a ser tema prioritario. La Fiscalía General de la Nación ha tenido que intervenir para aclarar detalles del atentado, entre ellos, la presencia de imágenes del senador en los dispositivos de los presuntos implicados, que, según la entidad, no fueron descargadas intencionalmente.


¿Puede prosperar una denuncia penal contra un presidente en funciones?

En Colombia, las denuncias contra un presidente en ejercicio enfrentan un complejo entramado jurídico y político. La Comisión de Acusación tiene la facultad de investigar, pero su historial muestra una limitada capacidad para llevar casos hasta instancias judiciales efectivas. Aun así, este procedimiento podría tener implicaciones simbólicas y comunicacionales relevantes, especialmente si se alimenta de nuevas evidencias o declaraciones.

Este episodio plantea interrogantes sobre los límites del discurso presidencial en plataformas públicas, la protección de figuras de oposición y la responsabilidad de los líderes en contextos de alta polarización. En un país con antecedentes de violencia política, ¿hasta qué punto debe regularse la retórica institucional para proteger el equilibrio democrático?

Entérate con El Expreso