La Corte Constitucional de Colombia ratificó la Ley 2385 de 2024, conocida como la Ley No Más Olé, con un fallo histórico que marca un antes y un después en la relación entre cultura, tradición y derechos de los animales en el país. Con esta decisión, las corridas de toros quedan prohibidas de manera definitiva, junto con otras prácticas catalogadas como violentas, como las cabalgatas, los toros coleados, las corralejas y las peleas de gallos.
Este fallo, emitido el 4 de septiembre de 2025, fue adoptado de manera unánime por los magistrados, quienes consideraron que estas actividades no pueden seguir amparadas bajo la noción de tradición cultural, pues implican un trato cruel hacia los animales. La decisión cierra un debate de décadas y responde a la presión de sectores sociales y defensores de los derechos animales que exigían medidas concretas para erradicar estas prácticas.
Fin de una tradición polémica
Las corridas de toros en Colombia han sido objeto de una profunda controversia durante años. Sus defensores las han catalogado como parte del patrimonio cultural, mientras que sus detractores han señalado el sufrimiento animal que conllevan. Con la entrada en vigor de la Ley No Más Olé, los espectáculos taurinos no podrán volver a organizarse en ninguna plaza del país.
El alto tribunal aclaró que la protección de la cultura no puede estar por encima de la dignidad y el bienestar animal. En su fallo, subrayó que mantener estas prácticas representaba una contradicción con los avances normativos en materia de protección ambiental y respeto a los derechos de los animales.
Con esta decisión, Colombia se suma a otros países de la región y del mundo que han optado por restringir o eliminar la tauromaquia, priorizando valores de convivencia más acordes con la protección de la vida.
Impacto en la sociedad y en el ámbito cultural
La medida ha generado reacciones encontradas en diferentes sectores de la sociedad. Organizaciones defensoras de los derechos de los animales celebraron la decisión como un triunfo histórico y un paso hacia una Colombia más respetuosa con la vida. Argumentaron que la prohibición de corridas de toros y de otras prácticas similares refleja un cambio en la sensibilidad social frente al sufrimiento animal.
Por otro lado, sectores taurinos y ganaderos expresaron su rechazo, argumentando que la prohibición afecta a una tradición con siglos de historia y a una cadena económica que incluye empleos y actividades asociadas a este tipo de eventos. En ciudades como Bogotá, Manizales y Cali, donde los espectáculos taurinos eran parte de las festividades, la medida obliga a replantear los programas culturales y económicos que giraban en torno a ellos.
El fallo también impacta a las corralejas de la Costa Caribe, las cabalgatas en ferias regionales y las peleas de gallos, prácticas que, aunque defendidas en algunos territorios, han sido cuestionadas por organismos internacionales y por la sociedad civil en general.
¿Qué sigue tras la decisión de la Corte?
La Corte Constitucional no solo ratificó la Ley 2385 de 2024, sino que ordenó a las autoridades competentes velar por su cumplimiento. Esto implica que municipios y departamentos deberán abstenerse de otorgar permisos para estas actividades y promover alternativas culturales que no involucren maltrato animal.
El reto para el Estado será acompañar a las comunidades que dependían económicamente de estos espectáculos, ofreciendo opciones sostenibles que respeten los derechos animales y mantengan viva la tradición cultural sin recurrir a la violencia.
El debate que se abre es cómo reemplazar estas prácticas dentro de las festividades locales. Algunos sectores ya plantean la necesidad de fortalecer manifestaciones culturales alternativas, como la música, la danza y el teatro popular, que permitan preservar la identidad de cada región sin sacrificar la vida de los animales.
La decisión deja en claro que Colombia está en una nueva etapa en materia de derechos animales, en la que el respeto por la vida prevalece sobre las tradiciones violentas. El desafío será garantizar que esta transición se realice con responsabilidad social, evitando impactos negativos en comunidades que históricamente han dependido de estas prácticas.
¿Es este el final definitivo de las corridas de toros en Colombia?
Con la ratificación de la Ley No Más Olé, las corridas de toros y demás prácticas violentas con animales quedan definitivamente prohibidas en el país. Sin embargo, el reto será asegurar que la implementación de la norma se cumpla en todo el territorio, especialmente en regiones donde estas costumbres estaban fuertemente arraigadas.
El fallo no solo marca un precedente legal, sino también cultural: establece que el respeto por los derechos animales debe prevalecer frente a tradiciones que generan sufrimiento. La gran pregunta es si Colombia logrará transformar estas festividades en expresiones artísticas libres de violencia y consolidar un nuevo modelo cultural basado en la empatía y el respeto por la vida.