El pasado 23 de septiembre, el Grupo Egmont confirmó la suspensión de Colombia de su acceso a la red segura Egmont Secure Web (ESW), utilizada por 177 países para compartir información sensible relacionada con el lavado de activos, los delitos asociados y el financiamiento del terrorismo. Esta decisión fue tomada como respuesta a lo que la organización describió como una «divulgación no autorizada de información proporcionada por uno de sus miembros».

Este hecho ha generado preocupación, dado el papel clave que desempeña la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) de Colombia en la lucha contra el crimen financiero y el terrorismo en la región. A continuación, analizamos los detalles detrás de esta decisión, las reacciones de los implicados y las posibles implicaciones para el país.

La suspensión de Colombia: un acto sin precedentes

Según el comunicado del Grupo Egmont, la suspensión fue una medida de emergencia ante los recientes eventos que involucraron a la UIAF de Colombia y la presunta filtración de información proporcionada por otro país miembro. La red Egmont Secure Web es un canal de comunicación esencial entre las Unidades de Inteligencia Financiera (UIF) del mundo, que permite el intercambio seguro de información crítica para la detección y prevención de delitos financieros.

La decisión fue tomada en un momento particularmente delicado, pues las UIF, como lo señala Egmont, deben operar con independencia y libres de cualquier tipo de interferencia política, gubernamental o industrial. Este principio es esencial para mantener la confianza entre los países que dependen de la integridad y confidencialidad de la información compartida a través de esta red.

La respuesta de la UIAF y el papel de la carta de Israel

Tras la revelación inicial hecha por La W el 13 de septiembre, Luis Eduardo Llinás, director de la UIAF de Colombia, reconoció la gravedad de la situación y ofreció aclaraciones sobre el incidente. Uno de los puntos centrales fue la divulgación de una carta proveniente de Israel, fechada el 27 de agosto, que detallaba una transacción financiera entre una empresa colombiana y NSO Group, la polémica compañía israelí conocida por desarrollar el software espía Pegasus.

Llinás aclaró que esta carta no debía ser compartida sin la autorización previa de Israel, algo que fue solicitado el mismo día que se recibió el documento. Sin embargo, pese a esta normativa, el presidente Gustavo Petro, luego de consultar con su equipo de asesores, decidió desclasificar el contenido de la misiva de manera unilateral, lo que desencadenó la controversia. Según Llinás, la UIAF había actuado con extrema precaución, trasladando la reserva al presidente como máxima autoridad militar del país, pero el manejo final de la información recayó en la discreción del mandatario.

En su intervención, el director de la UIAF también defendió el historial de la institución, afirmando que Colombia ha sido un referente regional en el manejo de información sensible, lo que subraya la magnitud de la actual situación.

Implicaciones para Colombia en la lucha contra el crimen financiero

La suspensión del acceso a la red segura de Egmont coloca a Colombia en una situación vulnerable. La UIAF, como agencia especializada en la lucha contra el lavado de activos y el financiamiento del terrorismo, depende de esta plataforma para recibir y compartir información con otros países. La falta de acceso no solo afecta las investigaciones internas, sino que también puede aislar a Colombia de las redes internacionales de cooperación en materia financiera.

Además, este episodio ocurre en un momento en que el país está bajo escrutinio por su manejo de la seguridad y la inteligencia. La divulgación de información relacionada con el NSO Group y el software Pegasus, que ha sido señalado por varios países y organizaciones como una herramienta utilizada para el espionaje masivo, pone a Colombia en una posición compleja en términos de diplomacia y cooperación internacional.

El Grupo Egmont ha asegurado que la suspensión es temporal, pero que se mantendrá vigente mientras se revisa la situación de acuerdo con sus procedimientos internos. La confianza en el manejo de la información sensible será clave para restaurar el acceso de Colombia a esta red crucial.

¿Qué sigue para Colombia?

La suspensión del país de la red segura del Grupo Egmont abre interrogantes sobre el futuro de la colaboración internacional en la lucha contra los delitos financieros. Si bien la UIAF ha sido un actor importante en la región, esta situación pone en duda la capacidad de la entidad para seguir desempeñando ese papel sin la infraestructura internacional de apoyo.

Además, el manejo de la carta israelí y la decisión del presidente Petro de desclasificar el documento sin el consentimiento del remitente plantea interrogantes sobre las futuras interacciones entre Colombia y otros países que comparten información sensible.

La pregunta ahora es: ¿qué medidas tomará el gobierno colombiano para restaurar la confianza de sus socios internacionales y evitar que este tipo de situaciones se repitan? Mientras se espera una resolución del Grupo Egmont, el futuro de la cooperación financiera internacional de Colombia pende de un hilo.


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