carolina del sur podria resucitar sus plantas nucleares abandonadas tras oferta de usd 2 700 millones wirestory 2cd845d70c1aab7ed128b5d8d38eec08 16x9 1024x576 1
Credit: (Foto AP/Jeffrey Collins, Archivo)

Carolina del Sur podría ver renacer uno de los proyectos energéticos más polémicos de su historia. Brookfield Asset Management presentó una oferta de USD 2.700 millones para retomar la construcción de los reactores nucleares abandonados en el complejo VC Summer, una obra que dejó una deuda superior a los 9.000 millones de dólares y cuatro ejecutivos condenados.

La propuesta, aprobada por unanimidad por la junta de la empresa estatal Santee Cooper, permitiría que Brookfield asuma la mayor parte de la energía generada, mientras que la estatal recibiría una parte proporcional a su inversión. Según su director ejecutivo, Jimmy Staton, el acuerdo podría eliminar la mayor parte de la deuda acumulada desde que el proyecto fue cancelado en 2017 tras años de retrasos y sobrecostos.

El renovado interés en estos reactores se explica por el incremento de la demanda energética en Estados Unidos, impulsada por centros de datos, infraestructura digital y la expansión de la inteligencia artificial. En ese contexto, la energía nuclear ha vuelto al centro del debate.

Aun así, el camino no está despejado. Las negociaciones podrían extenderse hasta dos años y cualquiera de las partes puede retirarse en cualquier momento. Brookfield cubrirá los costos de Santee Cooper durante todo el proceso, incluidas las evaluaciones técnicas de las más de 70 ofertas recibidas.

Un proyecto marcado por el fracaso

VC Summer se convirtió en un símbolo de mala gestión financiera. Santee Cooper, socia menor junto a South Carolina Electric & Gas, invirtió miles de millones para construir dos reactores que nunca se completaron. Una ley estatal permitió trasladar los costos a los usuarios antes de que la planta generara electricidad, obligando a millones de contribuyentes a pagar por una obra inservible.

La caída del proyecto tuvo consecuencias severas: cuatro ejecutivos fueron condenados por mentir a reguladores e inversores, y la propia Westinghouse, encargada de los reactores, terminó en bancarrota.

Brookfield —actual propietaria de los activos de Westinghouse— planea vender al menos el 75% de la energía nuclear que se genere, enfocándose en grandes consumidores como centros de datos.

Desafíos técnicos y regulatorios

Tras ocho años abandonada, la infraestructura deberá ser sometida a inspecciones exhaustivas. Todo el equipo, la estructura principal —que no alcanzó ni el 50% de construcción— y el sistema de soporte deberán evaluarse desde cero.

Además, los permisos de construcción y las licencias de operación tendrán que renovarse completamente, un proceso largo y costoso. Organizaciones como Savannah River Site Watch advierten que los obstáculos técnicos son significativos.

Los reactores elegidos han generado sobrecostos incluso en proyectos exitosos. Los dos reactores similares que entraron en operación en Georgia en 2023 superaron su presupuesto inicial por USD 17.000 millones.

Respaldo político a la energía nuclear

El impulso de Brookfield coincide con un contexto político que favorece la expansión nuclear. La Administración de Donald Trump ha sugerido cuadruplicar la generación nuclear en 25 años, lo que podría abrir oportunidades para proyectos detenidos o incompletos.

Si la propuesta avanza, VC Summer podría convertirse en uno de los mayores rescates industriales del país y reescribir el futuro energético de Carolina del Sur.

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