Protestas en Colombia se avecinan luego de que no se llegara a un acuerdo con el Ministerio de Hacienda sobre el controvertido aumento del precio del diésel o ACPM. La Asociación Colombiana de Camioneros (ACC) ha anunciado que llevará a cabo manifestaciones el próximo viernes 30 de agosto, iniciando a las 6:00 a.m. Las protestas se realizarán mediante caravanas pacíficas en varias regiones del país, como una medida para expresar su descontento ante un aumento que podría impactar severamente el sector transportista.

El presidente de Fedetranscarga, Henry Cárdenas, ha señalado que el 99% de los transportadores rechaza categóricamente el incremento en el precio del diésel propuesto por el MinHacienda. Según Cárdenas, la economía no está en su mejor momento, y el aumento de los costos de combustible podría elevar el precio de los fletes entre un 21% y un 30%, lo que tendría un efecto negativo en toda la cadena logística y de distribución en Colombia.

El aumento del diésel: una decisión unilateral

El pasado 21 de agosto, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, confirmó que el precio del diésel aumentará en $6.000, una subida que se hará efectiva en tres incrementos semestrales de $2.000 cada uno, a partir del año 2024. Esta decisión se ha tomado de manera unilateral, después de que no se lograra un consenso con los gremios del transporte, quienes se oponen tajantemente a la revisión del precio del ACPM, que ha estado congelado desde el 2020.

La medida ha sido duramente criticada por los transportadores, quienes consideran que el aumento llega en un momento crítico, cuando el volumen de carga transportada ha disminuido y la rentabilidad del sector se encuentra bajo presión. Para los camioneros, este incremento no solo encarecerá los costos operativos, sino que también podría desencadenar una subida generalizada en los precios de bienes y servicios en todo el país, afectando directamente a los consumidores.

Consecuencias para el sector transportador y la economía

El impacto de esta medida no se limitará al sector transportador. La ACC y otros gremios temen que el incremento en el precio del diésel desencadene una cadena de aumentos en los costos de bienes y servicios, lo que, a su vez, podría agravar la inflación y deteriorar aún más el poder adquisitivo de los colombianos. Los transportadores ya enfrentan dificultades significativas debido a la reducción en la demanda de servicios de transporte de carga, y un incremento en el precio del combustible solo exacerbará estos problemas.

Además, las protestas anunciadas podrían generar interrupciones en la cadena de suministro, afectando la disponibilidad de productos en diferentes regiones del país. Las caravanas pacíficas, aunque no tienen la intención de bloquear vías, podrían ralentizar el transporte de mercancías, creando retrasos y generando incertidumbre en un momento ya de por sí complicado para la economía nacional.

Un futuro incierto: ¿Qué esperar de las protestas?

La situación es tensa y el futuro inmediato es incierto. Mientras el gobierno mantiene su postura respecto al aumento del precio del diésel, los camioneros están decididos a hacer oír su voz. Las protestas del 30 de agosto podrían ser solo el comienzo de una serie de manifestaciones si no se llega a un acuerdo que satisfaga a ambas partes.

La pregunta que queda en el aire es: ¿será posible encontrar una solución que no solo alivie las preocupaciones del sector transportador, sino que también permita al gobierno cumplir con sus objetivos fiscales? La respuesta, al parecer, dependerá en gran medida de la voluntad de diálogo y de la capacidad de negociación de ambas partes en las próximas semanas.


Meta descripción: La Asociación Colombiana de Camioneros ha anunciado protestas pacíficas el 30 de agosto en respuesta al aumento del diésel. Los transportadores temen que esta medida encarezca los costos de fletes y afecte a toda la economía. El gobierno, por su parte, justifica la subida como necesaria. ¿Qué impacto tendrán estas manifestaciones en Colombia?

Protestas en Colombia se avecinan luego de que no se llegara a un acuerdo con el Ministerio de Hacienda sobre el controvertido aumento del precio del diésel o ACPM. La Asociación Colombiana de Camioneros (ACC) ha anunciado que llevará a cabo manifestaciones el próximo viernes 30 de agosto, iniciando a las 6:00 a.m. Las protestas se realizarán mediante caravanas pacíficas en varias regiones del país, como una medida para expresar su descontento ante un aumento que podría impactar severamente el sector transportista.

El presidente de Fedetranscarga, Henry Cárdenas, ha señalado que el 99% de los transportadores rechaza categóricamente el incremento en el precio del diésel propuesto por el MinHacienda. Según Cárdenas, la economía no está en su mejor momento, y el aumento de los costos de combustible podría elevar el precio de los fletes entre un 21% y un 30%, lo que tendría un efecto negativo en toda la cadena logística y de distribución en Colombia.

El aumento del diésel: una decisión unilateral

El pasado 21 de agosto, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, confirmó que el precio del diésel aumentará en $6.000, una subida que se hará efectiva en tres incrementos semestrales de $2.000 cada uno, a partir del año 2024. Esta decisión se ha tomado de manera unilateral, después de que no se lograra un consenso con los gremios del transporte, quienes se oponen tajantemente a la revisión del precio del ACPM, que ha estado congelado desde el 2020.

La medida ha sido duramente criticada por los transportadores, quienes consideran que el aumento llega en un momento crítico, cuando el volumen de carga transportada ha disminuido y la rentabilidad del sector se encuentra bajo presión. Para los camioneros, este incremento no solo encarecerá los costos operativos, sino que también podría desencadenar una subida generalizada en los precios de bienes y servicios en todo el país, afectando directamente a los consumidores.

Consecuencias para el sector transportador y la economía

El impacto de esta medida no se limitará al sector transportador. La ACC y otros gremios temen que el incremento en el precio del diésel desencadene una cadena de aumentos en los costos de bienes y servicios, lo que, a su vez, podría agravar la inflación y deteriorar aún más el poder adquisitivo de los colombianos. Los transportadores ya enfrentan dificultades significativas debido a la reducción en la demanda de servicios de transporte de carga, y un incremento en el precio del combustible solo exacerbará estos problemas.

Además, las protestas anunciadas podrían generar interrupciones en la cadena de suministro, afectando la disponibilidad de productos en diferentes regiones del país. Las caravanas pacíficas, aunque no tienen la intención de bloquear vías, podrían ralentizar el transporte de mercancías, creando retrasos y generando incertidumbre en un momento ya de por sí complicado para la economía nacional.

Un futuro incierto: ¿Qué esperar de las protestas?

La situación es tensa y el futuro inmediato es incierto. Mientras el gobierno mantiene su postura respecto al aumento del precio del diésel, los camioneros están decididos a hacer oír su voz. Las protestas del 30 de agosto podrían ser solo el comienzo de una serie de manifestaciones si no se llega a un acuerdo que satisfaga a ambas partes.

La pregunta que queda en el aire es: ¿será posible encontrar una solución que no solo alivie las preocupaciones del sector transportador, sino que también permita al gobierno cumplir con sus objetivos fiscales? La respuesta, al parecer, dependerá en gran medida de la voluntad de diálogo y de la capacidad de negociación de ambas partes en las próximas semanas.


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