Contrario a la percepción común de que este es un problema principalmente en países en desarrollo, los casos de aumento del trabajo infantil ilegal en Estados Unidos han aumentado en un 88% en los últimos cinco años.
Entre los casos más preocupantes, se destaca el de un chico de 14 años en Nebraska que sufrió lesiones por quemaduras químicas mientras limpiaba máquinas de cortar carne, lo que afectó su asistencia escolar y su desempeño académico. Estas situaciones se han dado, en muchos casos, en empresas reconocidas que buscan mano de obra más barata debido a la escasez de trabajadores y la presión por reducir costos.
Ante esta realidad, el Departamento de Trabajo ha tomado medidas y anunciado la creación de un nuevo grupo de trabajo interinstitucional sobre trabajo infantil. La secretaria de Trabajo en funciones, Julie Su, ha expresado la preocupación del gobierno, asegurando que ningún niño debería trabajar en un entorno peligroso o arriesgado.
Empresas como Packers Sanitation Services Inc. (PSSI), acusada de emplear a menores en condiciones peligrosas, han sido objeto de multas y sanciones. Sin embargo, el problema persiste y requiere de una respuesta urgente y coordinada por parte de las autoridades y la sociedad en su conjunto.