Al cumplirse un año de la guerra en la Franja de Gaza, el saldo de fallecidos asciende a más de 41.900, incluyendo casi 17.000 menores de edad, según los datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlado por Hamás. Este conflicto, que comenzó el 7 de octubre de 2023 tras los ataques de Hamás en las comunidades del sur de Israel, continúa afectando gravemente a la población del enclave palestino y a las tropas israelíes.
Los atentados de Hamás, que en su primer día dejaron 1.200 muertos en Israel, desencadenaron una respuesta militar por parte de Israel que, hasta ahora, ha resultado en 728 bajas dentro de sus fuerzas armadas. La ofensiva israelí ha devastado tanto el norte como el sur de Gaza, siendo las localidades de Yabalia y Jan Yunis las más afectadas en los últimos meses de intensos combates.
Impacto en la población palestina
El costo humano de la guerra es abrumador. La cifra de muertos palestinos ya supera los 41.900, con más de 97.000 heridos. De esta cantidad, casi 17.000 son menores de edad, lo que evidencia el impacto desproporcionado que ha tenido este conflicto sobre los más vulnerables. Las instituciones de salud en Gaza, ya afectadas por más de una década de bloqueo, están al borde del colapso. Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, el 65 % de las infraestructuras sanitarias están dañadas o destruidas, lo que ha elevado la tasa de ocupación hospitalaria a un preocupante 300 %, especialmente en las unidades de cuidados intensivos.
Este colapso sanitario se vuelve aún más alarmante cuando se considera la situación de 50.000 mujeres embarazadas y 12.000 pacientes de cáncer que necesitan atención médica urgente. Sin un acceso adecuado a los servicios de salud, muchos enfrentan un pronóstico incierto.
A pesar de los llamamientos internacionales para un alto al fuego y para facilitar el acceso humanitario, el conflicto sigue extendiéndose. En las últimas 24 horas, 39 personas han perdido la vida y 137 han resultado heridas en los constantes ataques. Los combates continúan en el norte de Gaza, donde Israel cree que los militantes de Hamás se están reagrupando después de que varios de sus batallones hayan sido desmantelados por el ejército israelí.
Evacuaciones forzadas y desplazamientos masivos
La situación en el norte de Gaza es particularmente preocupante. En medio de la intensificación de los combates, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han emitido nuevas órdenes de evacuación para los residentes de Beir Hanoun, Beit Lahia y Yabalia, solicitando que se trasladen a lo que Israel ha denominado «zona humanitaria» en el sur de la Franja. Según el portavoz en árabe de las FDI, Avichay Adraee, esta medida busca proteger a la población civil en medio de la escalada de la ofensiva militar israelí en estas áreas.
A pesar de las órdenes de evacuación, miles de palestinos permanecen en el norte de Gaza, muchos de los cuales no tienen medios para trasladarse o temen lo que pueda esperarles en las zonas designadas como seguras. Israel sostiene que Hamás continúa operando en esta región y que sus combatientes se están reagrupando para planear nuevos ataques.
La guerra no solo ha devastado Gaza, sino que también ha generado preocupación en toda la región. El conflicto ha reavivado tensiones en Líbano, donde grupos armados han lanzado ataques esporádicos contra objetivos israelíes, y ha aumentado la posibilidad de un enfrentamiento directo entre Israel e Irán. En este sentido, la visita del comandante del Comando Central de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos (CENTCOM), Michael Kurilla, a la región y su reunión con el jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, subraya la gravedad de la situación.
Una región al borde del colapso
La posibilidad de que este conflicto se extienda aún más, tanto geográficamente como en términos de impacto humanitario, es alta. Las tensiones entre Israel e Irán alcanzaron un punto crítico el 1 de octubre de 2024, cuando Teherán lanzó un ataque con misiles balísticos contra territorio israelí. Ante esto, se espera una respuesta militar por parte de Israel, lo que podría desatar una guerra a gran escala en Oriente Medio, con consecuencias impredecibles para toda la región.
Mientras tanto, en Gaza, la vida de los civiles pende de un hilo. La falta de suministros básicos, como agua y electricidad, junto con la destrucción de viviendas e infraestructuras, ha sumido a la población en una crisis humanitaria de dimensiones épicas. La comunidad internacional, aunque ha ofrecido ayuda, parece incapaz de poner fin a la violencia que ha caracterizado este conflicto desde sus inicios.
El futuro para Gaza sigue siendo incierto. A medida que Israel intensifica su ofensiva y Hamás sigue intentando perpetrar ataques, la pregunta que surge es: ¿cuánto más puede resistir esta población devastada por la guerra?