El Ministerio de Defensa confirmó recientemente que existen pruebas contundentes que evidencian que el Clan del Golfo y otros grupos armados ilegales están impulsando un plan pistola contra la fuerza pública en Colombia.
El 25 de abril se registraron los primeros atentados. El primer ataque ocurrió en Tarazá, Antioquia, donde patrulleros de tránsito fueron emboscados por sicarios en motocicletas. En este hecho perdió la vida el patrullero Rafael Lenin Suárez Osorio, de 26 años, y otros tres agentes resultaron heridos. Según el informe de la Policía de Antioquia, «cuatro sujetos que se movilizaban en dos motocicletas dispararon de manera indiscriminada contra los uniformados».
Horas después, en el municipio de Remedios, también en Antioquia, otros tres policías fueron atacados con una granada. Debido a la gravedad de sus heridas, los agentes fueron evacuados en motocicletas de carga hasta el centro médico más cercano.
El regreso de una estrategia criminal conocida
La modalidad de «pagar por matar» no es ajena a la historia de Colombia. Este plan pistola rememora los oscuros tiempos del cartel de Medellín en los años 80, liderado por Pablo Escobar, cuando se ofrecían recompensas por cada policía asesinado.
Fuentes confirmaron que el Clan del Golfo está ofreciendo las siguientes sumas a quienes atenten contra miembros de la fuerza pública:
- Tres millones de pesos por atacar a cualquier uniformado.
- Quince millones de pesos si el atentado resulta en la muerte de un policía.
- Hasta veinte millones de pesos si el objetivo es un oficial de alto rango.
Estos pagos serían financiados a través de un fondo especial alimentado por las ganancias provenientes del narcotráfico y la extorsión, como respuesta a las múltiples bajas sufridas recientemente en operativos oficiales.
Antioquia en alerta máxima: una zona bajo asedio
Las autoridades en Antioquia han decretado alerta máxima tras los recientes ataques. Municipios como Tarazá y Remedios han fortalecido sus dispositivos de seguridad, incrementando los patrullajes mixtos entre la Policía y el Ejército.
Se ha implementado un protocolo de autoprotección para todos los miembros de la fuerza pública en la región. Desde la Gobernación de Antioquia y el Comando Departamental se ha hecho un llamado a la comunidad para que denuncie cualquier actividad sospechosa.
«Es claro que el objetivo del Clan del Golfo no solo es causar bajas, sino sembrar terror entre los uniformados y la población civil», declaró un vocero del Ministerio de Defensa.
¿Podrá la fuerza pública contener la ofensiva del Clan del Golfo?
Con el plan pistola nuevamente en ejecución, el país enfrenta un desafío que se creía superado. Los uniformados están en la primera línea de una lucha contra un adversario que ha demostrado capacidad de adaptarse y financiar su violencia.
Queda por ver si el Estado colombiano logrará contener esta nueva oleada de ataques o si el país se verá forzado a revivir una de las etapas más sombrías de su historia reciente.
Meta descripción: El Clan del Golfo reactivó su plan pistola contra la fuerza pública en Colombia, ofreciendo recompensas por atacar a uniformados. Tarazá y Remedios ya sufren las consecuencias.