El senador republicano Rick Scott intensificó su ofensiva contra el régimen de Nicolás Maduro al solicitar, a través de su cuenta en X, que la recompensa por la captura del líder venezolano se incremente a 100 millones de dólares “lo antes posible”. En su mensaje, ilustró la propuesta con una imagen de Maduro bajo la leyenda “se busca”, subrayando su urgencia en aprobar la ley Stop Maduro en el Congreso estadounidense.
Scott recordó que esta iniciativa, concebida en septiembre de 2024 junto al senador Marco Rubio, busca elevar la recompensa desde los 50 millones actuales hasta el monto extraordinario de 100 millones de dólares. Insistió en que este incremento no recargará impuestos a los contribuyentes, sino que se financiará con activos incautados al régimen y sus allegados.
Al justificar su postura, Scott destacó que Maduro y sus colaboradores representan una amenaza real, calificándolos incluso de “matones” y señalando la necesidad de actuar con contundencia y rapidez. Además, subrayó que la iniciativa Stop Maduro es clave para que Edmundo González, disputado por la oposición en las elecciones del 28 de julio, pueda devolver la libertad, oportunidades y democracia al país.
La iniciativa surge en un contexto en el cual el gobierno de Donald Trump ya había elevado la recompensa a 50 millones de dólares. Rubio, entonces secretario de Estado, reafirmó que Maduro no es un mandatario legítimo, sino “el jefe de una organización logística del narcotráfico”, e impulsó medidas como alertas rojas de Interpol para facilitar su captura.
Mientras, voces de la política estadounidense, como la congresista María Elvira Salazar, respaldaron la ampliación de la recompensa y manifestaron que Maduro DEBE ser llevado ante la justicia. No obstante, desde el régimen venezolano se calificó el aumento como una maniobra “patética y ridícula”, que responden a intereses políticos más que reales soluciones.
Con esta propuesta, Scott busca revitalizar la presión internacional sobre Maduro, empaquetándola como una solución inmediata y financiada sin depender del erario público. Su estrategia está orientada a frenar el avance autoritario del régimen, apoyar a la oposición y acelerar su caída mediante instrumentos simbólicos y contundentes como la recompensa millonaria.