Credit: Fotomontaje El Expreso

Sobre el artículo que escribí el 3 de octubre «Hace seis meses notificaron al inspector Sebastián Ramírez que el restaurante Piura construyó sin licencia y aún no actúa«, y donde informé que en marzo al Inspector 21 Juan Sebastián Ramírez Murillo le entregaron este caso donde Juan Bautista Cifuentes López, propietario del Restaurante Piura, ubicado en la Avenida Juan B. Gutiérrez N.º 16-63, de manera abusiva, construyó sobre el antejardín que es espacio público y además sin licencia, sin pena ni vergüenza, hace años cerraron el antejardín y colocaron una carpa, pero en marzo decidió convertir el antejardín en una extensión del negocio, levantó una estructura metálica y colocó techo, cerró con paredes y se apoderó de 85 m2, que sumamos a la zona de parqueadero, construida sobre la otra parte borrando 224 m2 de antejardín y dejó la acera de 1 metro para los transeúntes, algo que es sumamente grave ya que afecta la  normatividad del PLAN DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL, porque si la administración destina en esas áreas dejar un antejardín o espacio público (El espacio público es el conjunto de inmuebles públicos y los elementos arquitectónicos y naturales de los inmuebles privados destinados por naturaleza, usos o afectación a la satisfacción de necesidades urbanas colectivas que trascienden los límites de los intereses individuales de los habitantes, En principio diremos que el espacio público corresponde a aquel territorio de la ciudad donde cualquier persona tiene derecho a estar y circular libremente (como un derecho); ya sean espacios abiertos como plazas, calles, parques, etc.; o cerrados como bibliotecas públicas, centros comunitarios, etc., debemos recordar que el espacio público según sus características se clasifica en plaza, plazuela, parque urbano, jardín, microparque, parque infantil, paseo arbolado o alameda, vía y portal público, frente de agua y otros espacios significativos de uso colectivo y recordemos que es deber del Estado velar por la protección de la integridad del espacio público y por su destinación al uso común, el cual prevalece sobre el interés particular y los espacios públicos pueden contribuir a que los centros urbanos alcancen las metas establecidas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como por ejemplo «Conseguir que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles y finalmente tener claro que entre las conductas que pueden atentar contra el goce del espacio público se encuentran la ocupación permanente o parcial de vías públicas, reflejándose en actividades como cerramiento de parques, estacionamiento en zonas prohibidas o el uso de las vías para la carga y descarga de mercancías o construir sobre este) no deben invadirla y menos construir sobre ella y más grave aún de manera abusiva sin solicitar un permiso o licencia, como lo fue en este caso. Recibí quejas del Inspector por el contenido del articulo, por lo que solicité ya no un informe de lo que sucedió con esa invasión del espacio público, sino copia de las actas de visita de los funcionarios de Control Físico, con estos documentos tuve conocimiento que le pasaron al Inspector 21, Juan Sebastián Ramírez Murillo el 8 de abril (por lo que aclaro que la fecha correcta fue esta y no en marzo como dije inicialmente, por error de la fuente que me suministró la información) y que la Alcaldía estuvo el 23 de marzo con funcionarios de Control Físico y luego envió a Inspección el oficio para que actuara, también tuve conocimiento más detallado con los documentos que suministró la alcaldía que el Inspector visitó cuando estaban en obra, obras que continuaron y terminaron mientras el proceso se desarrollaba (y es que si hay algo real en la ciudad es que muchos propietarios de establecimientos, más que nada de comida y licor, al pasar los años y de forma silenciosa, se van tomando los antejardines, que son espacio público y luego diligencian contratos de uso de espacio público, y cuando menos pensamos, aparecen las calles y avenidas con los antejardines invadidos de construcciones y no existen espacios públicos, solo es pasar por la avenida 30 de agosto, la calle 14, la avenida circunvalar o peor aún en los Barrios). Aunque en ese artículo me quejo de la presunta inacción del Inspector 21, Juan Sebastián Ramírez Murillo, encuentro documentos de que el 26 de abril hizo una visita al restaurante Piura, acompañado de un ingeniero, que levantó el acta y concedió un plazo de 60 días al presunto infractor para la obtención de los permisos respectivos para presentarlos a esta Inspección, reconozco que entonces el Inspector sí empezó a darle trámite a este proceso, pero debo aclarar que lo que yo cuestiono es que el señor Inspector 21 Juan Sebastián Ramírez Murillo, aunque sí fue a la obra el 26 de abril, no colocó un sello sobre la obra nueva para suspender (estuve en el sitio y siguieron normalmente), no levantó un comparendo, no prohibió el uso de un espacio nuevo, no tuvo en cuenta que fue construida una estructura metálica sobre un antejardín que es espacio público, y no tuve acceso ni con informes ni con la petición que hice a la Alcaldía de los planos de un ingeniero para la estructura que allí se levantó y menos de que le hayan entregado los estudios estructurales y civiles de esta estructura, ¿Qué garantías de que no corren peligro las personas que cada día ocupan ese salón nuevo del restaurante? Me pregunté y creo que con razón. Es más el 26 de abril no le entregaran planos con aprobación de la Curaduría o Planeación de la alcaldía y firmados por un ingeniero y arquitecto responsable, y si así fue, no obtuve esa información en la alcaldía, solo sé que el Inspector 21 Juan Sebastián Ramírez Murillo, el 26 de abril hizo una visita al restaurante Piura y que «concedió un plazo de 60 días, al presunto infractor para la obtención de los permisos respectivos para presentarlos a esta Inspección». Y mi inquietud de los planos es sencillamente porque ¿quién garantiza la vida de los comensales que estén bajo esa estructura y esta se caiga? Aclaro que dentro de las actuaciones en este proceso que me informaron del Inspector 21, Juan Sebastián Ramírez Murillo, que el día 14 de julio de 2022 citó al propietario para presentarse en audiencia el 22 de agosto, también que ese mismo 14 de julio cito a la dirección de Control Físico de la Alcaldía, y el 22 de agosto realizó audiencia con la sola presencia del apoderado del establecimiento y que le concedió a su solicitud 60 días más de plazo para adelantar los trámites para los permisos y por lo tanto la audiencia se suspendió y quedo de reanudarse el 15 de noviembre de 2022.  

Afortunadamente hice pública esta situación ya que logramos que ese espacio se recuperara, lo que ha sido la intención inicial, única y final de mis columnas, que se respete el espacio público, que no entreguen contratos de uso a comerciantes que invaden estos espacios y se respete el Plan de Ordenamiento Territorial, que no esperen que concedan licencias, sino que recuperen esos espacios. 

 Con esta publicación aclaro el error de fechas y procedimiento ya que el Inspector ha actuado dentro del referido proceso (aunque me deje ciertos cuestionamientos, como no parar la obra inmediatamente y dejarla seguir construyendo sin planos ni licencias y ese espacio siguiera ocupado) y espero que esta vez esta columna sí sea tomada en cuenta, ya que la publicación del 2 de noviembre no lo fue. (En abril notificaron al inspector Sebastián Ramírez que el restaurante Piura construyó sin licencia e invadió espacio público)

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