La bióloga Natalia Carillo, apegada a documentos, no admite que traigan esta cría lesionada que está en peligro y que solo la Fundación Águilas de los Andes tiene la capacidad de tratar y recuperar (es la única en el país desde hace 28 años), aun cuando anteriormente ha aceptado en 8 ocasiones que atiendan este tipo de especie. Ahora pone en peligro la vida de este pichón de Águila Real de Montaña, una especie emblema de Risaralda y en vía de extinción y que tiene una pata quebrada al caer el árbol donde estaba su nido. Señora Natalia Carrillo, bien cumplir las normas, pero hay excepciones como esta donde su terquedad puede ocasionar la muerte de un ave rara, escasa, casi extinta, ya que solo quedan 150 en todo el país.
Después del Águila Arpía de Argentina, nuestra Águila Real de Montaña es la más grande y poderosa de Suramérica. Señora Natalia, usted sabe que en el país solo ésta fundación puede salvarla, ¿esperamos más documentos y trámites para que, cuando usted decida autorizar, el pichón este muerto?
La persiguen cazadores, comerciantes sin escrúpulos y depredadores de su hábitat, ahora una funcionaria defiende unas normas por encima de la vida de un pichón de esta ave casi extinta, ¿capricho o terquedad?