Credit: Fotomontaje El Expreso

Mientras la justicia le da la razón a Diana Marcela Romero H. en cada escala de tribunales, Carlos Humberto Vélez Moreno funcionario de la empresa Aguas y Aguas de Pereira, apela ante cada derrota y van tres fallos en su contra. Lo grave es que este caso destapa las irregulares condiciones de protección para una mujer maltratada. Desde diciembre que se presentó la denunciada agresión, la vida de la víctima es entre un cuarto escondido (parece casa por cárcel) y un trabajo semioculta, al maltrato físico le suma estar aislada, alejada de su pequeño hijo, el estrés postraumático que la tiene tomando medicamentos ya que la piel del cuerpo se le brota por los nervios y la ansiedad es constante, no hay un acompañamiento sicológico, un posible despido del sitio donde le brindaron un trabajo, las llamadas amenazantes, no tiene la gobernación un sitio seguro donde alojarla (una finca sin seguridad no es fiable), la policía a través del Intendente Gutiérrez hace un control remoto sin verificar como y donde está, la fiscalía no hace acompañamiento del caso y al parecer no tiene completo el expediente y debe la víctima nuevamente entregarlo, los panfletos con amenaza de muerte le llegan y no hay investigación de su procedencia, y como siempre hay diputados(a) oportunistas que la muestran como víctima, pero le dan una palmada en la espalda y la usan para hacer política. Lo peor es que ella vive oculta y el denunciado tan campante en la calle como si nada. 

¿Procuradora Margarita Cabello Blanco, Fiscal Barbosa, que debe suceder para que se haga justicia?  

«El 22 de diciembre me hace un escándalo en el apartamento porque me fui con mi niño a donde una amiga a novenas y según el debí pedirle permiso, el 23 le digo que ya no quiero nada y el 24 me golpea delante de mi hijo de 4 años…me cogió del cuello y me arrojó contra la pared, una bofetada en el rostro y un golpe en el pecho»  

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