Conocido como el “Glaciar del Juicio Final”, el glaciar Thwaites, en la Antártida Occidental, se encuentra en un proceso de deterioro acelerado que preocupa a la comunidad científica. Su evolución es considerada una de las mayores incógnitas a la hora de estimar el aumento del nivel del mar, ya que se trata de uno de los glaciares que cambia con mayor rapidez en el planeta.
Un nuevo análisis de la Colaboración Internacional del Glaciar Thwaites, basado en datos recopilados entre 2002 y 2022, revela un crecimiento sostenido y cada vez más complejo de las grietas en su plataforma de hielo oriental. Estas fracturas han debilitado progresivamente la conexión entre la plataforma y una cresta submarina que actuaba como punto de anclaje, favoreciendo que el hielo fluya con mayor rapidez hacia el océano.
Los investigadores identificaron varias etapas en este proceso. Primero aparecieron grietas largas alineadas con la dirección del flujo de hielo, algunas de varios kilómetros de extensión. Más tarde surgieron numerosas fisuras más cortas y transversales, que multiplicaron el daño estructural. Aunque la longitud promedio de cada grieta se redujo, la suma total de fracturas prácticamente se duplicó en menos de dos décadas, una señal clara de que la plataforma está sometida a tensiones cada vez mayores.
El estudio también detectó un peligroso ciclo de retroalimentación: las grietas aceleran el movimiento del hielo y, a su vez, ese aumento de velocidad genera nuevas fracturas. Mediciones con GPS y satélites confirman que estos cambios estructurales se propagan rápidamente hacia el interior del glaciar, incrementando el riesgo de un colapso total. Dado que Thwaites se apoya sobre un lecho con pendiente inversa, los científicos advierten que, una vez iniciado un retroceso significativo, podría ser imposible detenerlo, con un potencial aumento del nivel del mar de decenas de centímetros a escala global.

