Las recientes decisiones de la administración de Donald Trump evidencian un renovado interés de Estados Unidos por América Latina. El bloqueo “total y completo” a los buques petroleros sancionados que entren o salgan de Venezuela, junto con el inusual rescate financiero otorgado a Argentina en octubre, son señales claras de la relevancia que la región ha adquirido dentro de la agenda de seguridad y política exterior estadounidense.
Este giro se consolida con la publicación de la nueva Estrategia de Seguridad Nacional, difundida por la Casa Blanca el pasado 4 de diciembre, un documento de 29 páginas que recoge la visión global de la actual administración y plantea una expansión de la presencia militar y de la influencia política de Estados Unidos en el hemisferio.
La visión de Trump: seguridad, control migratorio y alianzas estratégicas
En la carta que antecede el documento, firmada por el propio presidente, Trump asegura que su gobierno ha actuado con una “urgencia y velocidad históricas” para restaurar la fortaleza estadounidense tanto dentro como fuera de sus fronteras. En ese marco, América Latina aparece como un escenario clave para enfrentar desafíos que la Casa Blanca considera prioritarios.
Según los nuevos lineamientos, la estrategia estadounidense en la región busca frenar la inmigración ilegal, contener el avance del narcotráfico y fortalecer los vínculos con gobiernos aliados desde el punto de vista ideológico, así como con socios comerciales estratégicos. Estas prioridades delinean una política exterior más activa y directa sobre el continente.
El regreso de la doctrina Monroe, ahora en versión Trump
Uno de los elementos centrales del documento es la reivindicación explícita de la doctrina Monroe, formulada en 1823 bajo el principio de “América para los americanos”, con la cual Estados Unidos buscaba impedir la injerencia de potencias externas en el hemisferio occidental.
La nueva Estrategia de Seguridad Nacional sostiene que, tras años de abandono, Estados Unidos reafirmará y aplicará esta doctrina para restaurar su preeminencia en la región. El texto denomina este enfoque como el “corolario Trump a la doctrina Monroe”, una adaptación del histórico principio a las dinámicas actuales de poder global.
Este planteamiento ha sido bautizado por analistas y medios como la “doctrina Donroe”, un término que fusiona los nombres de Donald Trump y James Monroe, y que comenzó a circular tras aparecer en la portada del New York Post en enero de este año.
Un nuevo capítulo para la relación entre EE. UU. y América Latina
La reaparición de la doctrina Monroe bajo esta nueva interpretación abre interrogantes sobre el alcance real de la estrategia estadounidense en la región. Las preocupaciones de seguridad, el control de flujos migratorios y la competencia geopolítica parecen marcar el tono de una política que busca reposicionar a Estados Unidos como actor dominante en el continente.
En este contexto, queda por verse cómo se traducirá este enfoque en acciones concretas y cuál será la respuesta de los países latinoamericanos frente a una Casa Blanca decidida a ampliar su influencia en el hemisferio occidental.
Fuente de información: BBC News

