En vista de las próximas elecciones presidenciales que acontecerá el 8 de marzo de 2026 y todo el show mediático que se ha configurado en las redes sociales, por parte de algoritmos cargados de propaganda y marketing político. Se hace necesario compartir algunas recomendaciones que servirán de utilidad para reconocer una pésima y buena propuesta por parte de los diferentes precandidatos adscritos en la actual contienda electoral. Ya que es aquí, donde la ciudadanía es focalizada como una audiencia importantísima de cautivar y en donde será su responsabilidad coadyuvar a develar las narrativas digitales respecto a la realidad concreta.
En primer lugar, deberá cuestionar los post, publicaciones y noticias que encuentre con mucha reiteración e interacción en sus redes sociales. Lea detenidamente y ubique el mensaje en líneas, entre líneas y sobres las líneas. Es decir, articular la propuesta con la realidad y revisar qué antecedentes ha tenido Colombia con base en ella. En segundo lugar, es necesario que pueda conocer todas las propuestas en términos de educación, salud, empleo, seguridad, ambiente y economía que han formulado los diferentes precandidatos y así establecer comparaciones para observar las medidas de actuación que aspira cada uno de estos.
En tercer lugar, es importante reconocer cuales son los medios confiables e imparciales ante las actuales demandas e incrementos de noticias amarillistas. En cuarto lugar, si existe alguna confusión o propuesta que no comprenda, solicite el apoyo de alguien que considere que pueda ampliar sobre el tema. Esto permitirá intercambiar experiencias y perspectivas colectivamente. En quinto lugar, es fundamental reconocer la trayectoria política y el comportamiento que han tenido los precandidatos en materia penal, judicial, disciplinaria, fiscal y contractual. Ya que esto logrará una referencia para ganar su confianza e idoneidad.
En sexto lugar, no vote por miedo, presión social y familiar, sienta la confianza y responsabilidad de hacerlo a consciencia. No deje que otros decidan por lo que usted verdaderamente siente. En séptimo lugar, relacione las propuestas desde su realidad específica. Colóquese en el centro de la discusión y compare como está en términos sociales, económicos, políticos, culturales entre otros. En octavo lugar, NO venda su voto, no lo intercambie o lo canjee por algún recurso económico, promesa u objeto tangible, ya que esto agrieta fuertemente nuestra democracia y perpetúa la corrupción. Es mejor vivir en un periodo de gobierno con la tranquilidad de haber obrado bien, que traicionar nuestros principios solo por interés de otros. En noveno lugar, infórmate cómo votar de manera correcta para que pueda ejercer su derecho constitucional de manera adecuada.
Finalmente no solo participe de estas elecciones sino que apropie los diferentes mecanismos populares por los que puede incidir. Por ejemplo, las Juntas de acción comunal, los consejos comunitarios, los consejos y plataformas de juventudes y así mismo anime a sus compatriotas a que repliquen estas acciones. Lo anterior, permitirá transitar de una sociedad, donde el espectáculo y el show son los ejes de los gobernantes a una relación directa con la participación, la democracia, la conciencia y la responsabilidad de aportar significativamente a nuestro país.
Muchas gracias por su lectura apreciado (a) lector, espero despertar la curiosidad en usted y así construir y resignificar nuestro papel como sujetos en una democracia participativa.

