Durante un año, la Unidad Investigativa de Noticias Caracol examinó cientos de dispositivos electrónicos incautados a alias Calarcá, uno de los jefes más influyentes de las disidencias de las Farc. Los archivos incluyen chats, correos, fotos y reportes internos que apuntan a una supuesta red de acercamientos entre cabecillas del grupo armado, el general Juan Miguel Huertas y el alto funcionario de la Dirección Nacional de Inteligencia, Wilmer Mejía. Los documentos también contienen conversaciones entre Iván Mordisco y otros mandos disidentes, en las que se mencionan supuestas pruebas relacionadas con la campaña Petro presidente y se hace referencia a la vicepresidenta Francia Márquez. La magnitud de lo hallado abrió un nuevo capítulo en el análisis de la infiltración criminal en estructuras del Estado.
Los archivos, en poder de la Fiscalía tras la captura y posterior liberación de Calarcá en julio de 2024, permanecen sin avances judiciales, pese a que sus contenidos detallan reuniones, propuestas de cooperación, planes empresariales y presuntos acuerdos clandestinos entre sectores militares y las disidencias. Las revelaciones también dan cuenta de tensiones internas en el grupo armado, especialmente la confrontación entre Mordisco y el Gobierno luego de la ruptura del proceso de paz parcial.
La detención de alias Calarcá y los dispositivos que cambiaron la historia
La figura de Calarcá recobró notoriedad el 23 de julio de 2024, cuando una caravana que transportaba a siete jefes disidentes fue detenida en Anorí, Antioquia, por un retén del Ejército. En los vehículos se hallaron armas y dinero, hechos considerados flagrantes. Sin embargo, un oficio de la fiscal general Luz Adriana Camargo ordenó la liberación de la mayoría por su condición de Gestores de Paz.
Tras salir en libertad, Calarcá y los otros tres jefes regresaron de inmediato a sus actividades armadas. Lo que el país desconocía era que más de un centenar de computadores, celulares y memorias USB decomisados durante el operativo quedaron bajo custodia de la Fiscalía. Según fuentes consultadas por Noticias Caracol, no se ha avanzado en el análisis formal del material, a pesar de la gravedad de lo que contienen.
Reuniones, propuestas y la red que involucraría a Huertas y Mejía
Entre los documentos aparece un informe enviado a Calarcá tras una reunión del 8 de febrero de 2024 en Bogotá. Allí, el general Juan Miguel Huertas, entonces asesor “en la sombra” del Ministerio de Defensa y de la inteligencia militar, habría propuesto crear una empresa legal de seguridad que sirviera como fachada para trasladar personal disidente en vehículos blindados y portar armamento autorizado. La fórmula, según el reporte, sería “mita y mita”: el general gestionaría los permisos y los disidentes aportarían los muchachos y las armas.
Los archivos también mencionan ofrecimientos de protección en desplazamientos y la presencia de Huertas en retenes para evitar requisiciones. El segundo nombre en los documentos es el de Wilmer Mejía, funcionario de la DNI y figura clave por su cercanía con el presidente Gustavo Petro. Catorce fuentes consultadas señalaron que Mejía sería “el verdadero poder” dentro de la entidad. Una de las comunicaciones sugiere que Huertas y Mejía planeaban viajar a Venezuela para indagar sobre la muerte de un guerrillero aliado.
Otro testigo, integrante del alto mando de Calarcá, aseguró que Mejía era conocido como el Chulo y que actuaba como enlace entre organizaciones criminales y miembros de la Fuerza Pública. El testigo relató que Huertas habría facilitado movilidad a guerrilleros con orden de captura en Bogotá en 2023, pese a que ya no tenía cargo que lo autorizara. Tras un viaje a Venezuela, se habría pactado la creación de la empresa fachada y la distribución del presupuesto entre Richard, Andrey, Jhon Mechas y Calarcá.
Los reportes también describen reuniones en Bogotá con Huertas, Mejía, coroneles y oficiales vestidos de civil. En estos encuentros se habría coordinado un supuesto pacto de no agresión en regiones como Catatumbo, Antioquia y sur de Bolívar. Para facilitarlo, oficiales del Ejército habrían entregado códigos radiales, contactos y correos a las disidencias, permitiendo anticipar operaciones militares.
Los señalamientos de ‘Mordisco’ y la confrontación con Petro presidente
Los documentos de Calarcá contienen chats privados entre Iván Mordisco y alias Danilo Alvizú, comandante del frente Carolina Ramírez. En ellos, Mordisco afirma tener pruebas de acuerdos de la campaña Petro presidente, mencionando que “con otra declaración y las pruebas… lo tumbamos”. En los mensajes, Alvizú asegura que “todo se hizo a través de Francia Márquez”.
La tensión escaló en marzo de 2024, cuando el presidente Petro calificó a Mordisco como traqueto tras nuevos asesinatos y secuestros atribuibles a sus hombres, lo que rompió los diálogos. La respuesta del disidente fue inmediata, acusando al mandatario de traición y revelando la existencia de supuestos pactos previos.
Desde entonces, la ofensiva militar contra Mordisco incluyó 13 bombardeos hasta noviembre de 2025, once de ellos dirigidos a sus estructuras, con 15 menores de edad fallecidos. Tras reaparecer el 18 de noviembre con nuevas amenazas, Petro aseguró que la operación continuará.
¿Qué respondieron los señalados?
El equipo de prensa presidencial no entregó respuestas a Noticias Caracol. La oficina de la vicepresidenta Francia Márquez reiteró que la campaña fue “genuina y transparente” y que no se reúne con criminales.
El general Huertas negó cualquier vínculo y aseguró que nunca ha ido a Venezuela, calificando todo como un montaje. Wilmer Mejía también negó viajes, reuniones y la capacidad para crear estructuras de seguridad, señalando que los señalamientos son un ataque contra él y Huertas.

