El economista estadounidense y Premio Nobel Paul Krugman analizó el avance de la inteligencia artificial (IA) y sus repercusiones en el empleo durante su intervención en la cuarta edición de Metafuturo, foro organizado por Atresmedia. Aunque admite no ser un especialista en tecnología, Krugman aseguró que la IA ha comenzado a resolver problemas que hace poco parecían imposibles, especialmente en campos como la programación en lenguaje natural.

Para el economista, el impacto laboral ya es visible: la IA está reemplazando con mayor rapidez tareas intelectuales que oficios manuales. “Durante años dijimos que aprender a programar era el camino, pero ahora la IA también puede hacerlo. Lo que aún no puede hacer es fontanería”, afirmó. Por eso, lanzó un consejo directo a las nuevas generaciones: “Aprendan un oficio que dependa de la labor manual y del sentido común.”

Krugman resaltó que áreas como la traducción —durante décadas catalogadas como altamente complejas— están siendo desplazadas aceleradamente por herramientas de IA. También reconoció que tecnologías que consideraba lejanas, como los vehículos autónomos, comienzan a operar, aunque en escalas limitadas. Esto, dijo, refleja que el rango de problemas que la IA puede resolver es “más amplio de lo que imaginábamos”.

Más allá de lo tecnológico, Krugman se refirió al difícil panorama laboral para los jóvenes en Estados Unidos y Europa. Aunque ambos mercados presentan bajos niveles de desempleo, la rotación es muy reducida, lo que hace complicado encontrar empleos con estabilidad y buen salario al inicio de la vida profesional. Según el Nobel, la incertidumbre por los aranceles y la reticencia de las empresas a contratar nuevos trabajadores ha frenado la movilidad laboral, un fenómeno que la IA podría estar profundizando, aunque —aclaró— “esto es debatible”.

El economista también abordó un problema que, a su juicio, golpea con fuerza a las nuevas generaciones: el alto costo de la vivienda. “Es lo que más ha crecido en comparación con los salarios, salvo para los súper ricos”, señaló. Krugman sostuvo que las políticas excesivamente restrictivas en la construcción han provocado que tanto en Estados Unidos como en Europa sea difícil acceder a una casa. Paradójicamente, citó el caso de Tokio como ejemplo de ciudad donde la vivienda es más accesible gracias a una planificación que permite construir con mayor libertad: “Allí los jóvenes pueden tener una vida porque Japón se ha convertido en pionero en vivienda urbana asequible”.

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