El exmagistrado Sigifredo Espinosa Pérez, de la Corte Suprema de Justicia, propuso una polémica modificación al escudo de Colombia, argumentando que el actual diseño no refleja la memoria histórica del país. Según Espinosa, el símbolo patrio debería rendir homenaje a las víctimas del holocausto del Palacio de Justicia, ocurrido el 6 y 7 de noviembre de 1985, cuando una sangrienta toma y retoma del edificio dejó 98 muertos y 11 desaparecidos. La propuesta, que ya había sido mencionada por el exmagistrado en un evento en Medellín, ha generado reacciones encontradas en redes sociales y círculos académicos. Espinosa reiteró que la tragedia del Palacio no puede seguir siendo una página olvidada y que el escudo, como representación máxima del Estado, debería reconocer ese episodio como un acto de sacrificio por la justicia colombiana.

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El escudo actual y su significado histórico

El escudo nacional, adoptado oficialmente en 1834, fue diseñado para simbolizar la libertad, la riqueza natural y la soberanía de Colombia. En su parte superior, el cóndor con las alas extendidas representa la independencia; el gorro frigio es símbolo de libertad; y las tres franjas del escudo muestran los mares, el istmo y los recursos del país. No obstante, para Espinosa, estos elementos no recogen los momentos de dolor que han marcado la consolidación del Estado de Derecho. El exmagistrado considera que la justicia, pilar fundamental de la república, fue duramente golpeada en aquel noviembre de 1985, y que la memoria de las víctimas —entre ellas magistrados, empleados judiciales y civiles— debe ocupar un lugar en los símbolos patrios. En su visión, incluir una referencia al Palacio de Justicia no desvirtuaría la esencia del escudo, sino que la fortalecería, recordando a las nuevas generaciones el costo humano que ha tenido la defensa de la Constitución.

Una propuesta con fuerte carga simbólica

La idea de Espinosa no es solo estética, sino profundamente ética y pedagógica. Según explicó, el rediseño del escudo podría incorporar un símbolo que evocara la justicia y el sacrificio, como una balanza o una llama eterna, elementos que representarían el recuerdo de los caídos. Para él, esta modificación no buscaría reabrir heridas, sino transformar el dolor en un mensaje de resiliencia nacional. De acuerdo con sus palabras, el holocausto del Palacio de Justicia es un hecho que dividió la historia judicial del país y que debe tener un espacio en la memoria colectiva, más allá de los libros de historia o los homenajes ocasionales. El exmagistrado subrayó que su propuesta no pretende politizar el símbolo nacional, sino promover una reflexión sobre el significado de la justicia en la construcción de la identidad colombiana. “El escudo —afirmó— debe recordar no solo la riqueza de nuestra tierra, sino también la fortaleza moral de quienes entregaron su vida por el derecho”.

¿Qué implicaría cambiar un símbolo patrio?

Modificar el escudo nacional de Colombia es un proceso complejo, que requeriría una ley aprobada por el Congreso y posiblemente un debate constitucional. Los símbolos patrios están protegidos por normas que buscan garantizar su estabilidad, pues representan la unidad nacional. Sin embargo, la propuesta de Espinosa ha abierto un debate sobre la pertinencia de actualizar esos símbolos en función de la historia reciente. Algunos juristas consideran que una reforma de este tipo podría reinterpretar el sentido del escudo para incluir no solo la gloria, sino también la memoria. Otros opinan que la función de los emblemas nacionales no es reflejar tragedias, sino aspiraciones comunes. En cualquier caso, la idea del exmagistrado ha logrado reavivar la conversación sobre cómo el país enfrenta su pasado y cómo la justicia, tantas veces cuestionada, sigue siendo el eje de la identidad democrática colombiana. La discusión se da justo en el marco de los 40 años del Palacio de Justicia, una efeméride que ha reactivado el interés por la memoria de las víctimas y por la necesidad de mantener viva su enseñanza.

¿Debería el escudo de Colombia incluir la memoria del Palacio de Justicia?

La propuesta de Sigifredo Espinosa Pérez pone sobre la mesa una pregunta de fondo: ¿debe un símbolo nacional reflejar también el dolor colectivo? Mientras algunos ven en la iniciativa un homenaje justo, otros temen que abrir este debate desate tensiones sobre la interpretación del pasado. Lo cierto es que el planteamiento toca fibras profundas de la identidad nacional. Incorporar el holocausto del Palacio de Justicia en el escudo significaría reconocer oficialmente una de las heridas más dolorosas del siglo XX colombiano, pero también honrar la búsqueda de justicia como valor fundacional del Estado. A cuarenta años de los hechos, la propuesta invita a pensar si los símbolos patrios deben permanecer inmutables o evolucionar con la historia del país. En un momento en que Colombia intenta consolidar una memoria de reconciliación, esta discusión podría marcar un precedente sobre cómo las naciones enfrentan su historia y construyen sus símbolos a partir de la verdad.

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