Una vez más, Kim Kardashian se convirtió en el centro de atención, esta vez durante la 5ª Gala Anual del Museo de la Academia en Los Ángeles. La empresaria e influencer sorprendió al público al presentarse completamente cubierta, sin mostrar su rostro, reafirmando su reputación como una de las figuras más audaces del mundo de la moda.
El atuendo, parte de la colección Couture Otoño 2025 de Maison Margiela, Lucía un corset strapless nude con una falda fluida y mangas drapeadas que partían desde los codos. Sin embargo, el verdadero foco de atención fue la máscara a juego que ocultaba por completo su rostro, convirtiéndose en el sello distintivo del conjunto.
La elección de accesorios reforzó el dramatismo del look: un choker adornado con piedras verdes, diamantes y colgantes de cruz, junto con uñas largas en tono nude. El resultado fue una imagen que oscilaba entre lo teatral y lo vanguardista, una propuesta que solo Kardashian podría llevar con tanta seguridad y coherencia estética.
Esta no es la primera vez que la empresaria recurre al anonimato visual como declaración artística. En 2021, ya había generado debate con un atuendo similar durante la Met Gala, también completamente cubierta, lo que en su momento desató conversaciones sobre identidad, fama y los límites de la autoexpresión en la cultura pop.
Lejos de pasar desapercibida, la aparición de Kim en la gala de 2025 reavivó esa conversación. Para muchos, su estilo representa una forma de performance fashion, donde la indumentaria se convierte en un manifiesto sobre la relación entre celebridad y anonimato. Para otros, simplemente reafirma su habilidad para mantener la atención mediática sin necesidad de palabras.
En un evento donde los grandes nombres del cine y la moda compiten por destacar, Kardashian volvió a demostrar que su dominio del lenguaje visual no tiene rival. Su look, más que una simple elección estética, fue una declaración sobre el poder del misterio y la reinvención constante.