El Museo del Louvre en París permanece cerrado al público después del robo de varias joyas de la colección de la corona francesa, un hecho que ha conmocionado a Francia y al mundo del arte. La dirección del museo anunció el cierre por “motivos excepcionales”, dejando a cientos de visitantes esperando bajo la emblemática pirámide de cristal. Las autoridades confirmaron que el robo ocurrió en la mañana del domingo y que los responsables lograron sustraer piezas de gran valor histórico y cultural antes de huir.

Robo histórico en el corazón del Louvre

El asalto al Louvre fue ejecutado con precisión y rapidez. Según fuentes policiales, cuatro individuos participaron en la operación, utilizando equipos especializados para desactivar el sistema de seguridad del museo. El robo se concentró en la Galería de Apolo, donde se encontraba la colección de joyas reales francesas, incluyendo coronas, collares y piedras preciosas pertenecientes a reyes y emperatrices como Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III.

El ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, calificó el hecho como “un crimen organizado de alto nivel” y ordenó la movilización de unidades especializadas en delitos patrimoniales. Las cámaras de seguridad registraron a los sospechosos entrando por un acceso restringido en la madrugada, lo que ha generado sospechas de complicidad interna dentro del personal del museo.

La policía de París trabaja en coordinación con la Interpol para rastrear las joyas, cuyo valor podría superar los 100 millones de euros, aunque expertos aseguran que su importancia cultural es incalculable.

Reacciones oficiales y conmoción en Francia

El cierre temporal del Museo del Louvre ha sido recibido con consternación. El prefecto de Policía de París, Laurent Núñez, declaró que “la seguridad de los museos nacionales será revisada de manera urgente”, mientras que la ministra de Cultura, Rachida Dati, expresó que “este robo es un ataque directo al patrimonio de todos los franceses”.

Decenas de turistas que se encontraban en la entrada del museo manifestaron su frustración al ser informados del cierre inesperado. Algunos visitantes compartieron imágenes en redes sociales mostrando la aglomeración bajo la pirámide principal, mientras agentes de seguridad desalojaban las instalaciones.

Los medios franceses han recordado que no es la primera vez que el Louvre enfrenta un incidente de esta magnitud. En 1911, la célebre pintura de la Mona Lisa fue sustraída y recuperada dos años después en Italia, en un caso que marcó la historia del arte moderno. Sin embargo, la magnitud y sofisticación del robo actual lo sitúan entre los más graves ocurridos en Europa en las últimas décadas.

Investigación en curso y búsqueda internacional

La Fiscalía de París confirmó que la investigación está en manos de la Brigada de Lucha contra el Crimen Organizado y que ya se han identificado “pistas sólidas” que apuntan a una red de traficantes de arte con operaciones en Europa del Este. Los investigadores también revisan conexiones con un reciente intento de robo en el Museo de Historia Natural de París, donde se descubrió un plan similar para sustraer piezas valiosas de la colección de Limoges.

Peritos forenses trabajan en el lugar para recopilar huellas, rastros de ADN y señales electrónicas de los dispositivos usados para vulnerar el sistema de alarma. Según una fuente cercana al caso, los delincuentes actuaron durante menos de 15 minutos, lo que refuerza la hipótesis de una operación profesional y planificada.

El Museo del Louvre anunció que permanecerá cerrado “hasta nuevo aviso” para realizar una revisión completa de su sistema de seguridad y evaluar los daños ocasionados. El director de la institución aseguró que “la prioridad es la recuperación de las joyas y la protección del resto de las colecciones”.

Mientras tanto, la noticia ha generado un debate nacional sobre la vulnerabilidad de los museos franceses frente al crimen organizado. Expertos en seguridad cultural advierten que el tráfico de arte y antigüedades ha aumentado en los últimos años, impulsado por el mercado negro internacional y el auge de las criptomonedas como medio de pago anónimo.

El Gobierno francés, a través del Ministerio del Interior y el Ministerio de Cultura, prepara una reforma integral de seguridad museística, que incluiría la actualización tecnológica de cámaras, sensores y protocolos de emergencia en todos los centros de patrimonio nacional.

Aunque las autoridades confían en recuperar las piezas robadas, reconocen que el proceso podría tardar años. Casos anteriores, como el robo del tesoro real de Dresde en Alemania, muestran que la recuperación de artefactos históricos requiere coordinación internacional y un trabajo minucioso de inteligencia.

El robo de las joyas de la corona francesa representa no solo una pérdida material, sino también un golpe simbólico a la identidad cultural de Francia, país que custodia algunos de los tesoros más valiosos del mundo.

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