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Credit: Christian Orrego

El liderazgo se evalúa en resultados y por la cercanía con la gente. Hoy, el gobernador de Risaralda Juan Diego Patiño Ochoa, ha evidenciado que su propuesta de campaña no fue un simple eslogan, sino un plan específico que está transformando la vida de miles de risaraldenses. Haber alcanzado el quinto lugar entre los mejores gobernadores del país es una muestra del reconocimiento nacional a una gestión que combina disciplina, compromiso social y habilidad de implementación. 

Desde el inicio de su mandato, Patiño Ochoa estableció un objetivo claro: crear una Risaralda equitativa e incluyente, donde cada comunidad tuviera voz y oportunidades reales; sus visitas continuas por los municipios, la interacción directa con los ciudadanos y la implementación de programas que buscan cerrar brechas sociales; han sido fundamentales en su administración. No se trata solo de dirigir desde un escritorio, sino de escuchar, conversar y resolver.

En sectores clave como la educación, la salud, la infraestructura vial y el apoyo al campo, se observan progresos que responden a las necesidades históricas del departamento, la inversión en programas sociales para poblaciones vulnerables y el apoyo a proyectos que refuerzan la economía comunitaria reflejan un liderazgo consciente de que el progreso debe incluir a todos.

El reconocimiento que hoy recibe el gobernador no es producto del azar. Es el resultado de un esfuerzo serio, organizado y claro, donde la prioridad ha sido la gente. Su capacidad de unir voluntades y de hacer de la administración pública una herramienta al servicio del ciudadano lo convierten en un referente de la nueva forma de gobernar en Colombia.

Risaralda avanza con paso firme. Y lo hace de la mano de un gobernador que honra su palabra, cumple sus compromisos y demuestra que la política cuando se ejerce con amor por la comunidad, puede ser motor de transformación y esperanza.

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