Un nuevo episodio de violencia política sacudió el sur del país el 13 de agosto de 2025, cuando el representante a la Cámara por Cambio Radical, Julio César Triana, sobrevivió ileso a un atentado en una zona rural del Huila. Lo que parecía un desplazamiento rutinario entre La Plata y Paicol terminó en una emboscada armada contra su vehículo blindado, lo que elevó al país una vez más el nivel de alerta sobre la seguridad de los líderes políticos.
Triana, visiblemente afectado en un video difundido en redes sociales, narró la experiencia: “Nos acaban de disparar con fusil y pistola… la ruta está absolutamente sola, recibimos varios impactos…”. Los agresores, identificados por las autoridades como miembros de las disidencias de las FARC y del ELN, portaban brazaletes alusivos a estos grupos y atacaron con fusiles y pistolas, causando múltiples impactos sobre los vidrios del vehículo sin que ninguno de los ocupantes resultara herido gracias al blindaje.
El presidente Gustavo Petro intervino rápidamente en la situación: “Ha sido enviado helicóptero para la evacuación del congresista Julio César Triana y el Ejército se encuentra en combate con los autores del atentado. La zona tiene presencia de los grupos del narco Iván Mordisco”, escribió en su cuenta de X. Posteriormente, el representante fue trasladado en helicóptero a Neiva, donde el gobernador del Huila, Rodrigo Villalba, lo recibió junto a autoridades civiles, militares y miembros de la Fiscalía.
Desde Neiva, Triana expresó su alivio y agradecimiento: “Ojalá ningún huilense viva lo que yo viví hoy”, y reiteró su pedido al Gobierno para que garantice la seguridad de los ciudadanos y representantes políticos. En paralelo, la Unidad Nacional de Protección (UNP) reveló que apenas cinco días antes del ataque se había realizado un estudio de riesgo que aún estaba pendiente de resolución —una demora que destaca la vulnerabilidad persistente de los líderes en zonas de conflicto.