Durante la conmemoración de los 500 años de fundación de Santa Marta, el presidente Gustavo Petro elevó el tono frente a lo que calificó como una intromisión indebida por parte del gobierno de los Estados Unidos en los asuntos judiciales internos de Colombia. Esto luego de que figuras políticas norteamericanas reaccionaran a la reciente condena a Álvaro Uribe Vélez por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal.
En un discurso cargado de simbolismo histórico y soberanía, Petro cuestionó directamente: “¿Por qué bajarle la cabeza a un congresista que va a insultar a nuestros jueces hoy? ¿Por qué la Corte Constitucional, a través de su presidente, no se para y dice que este país es independiente y soberano y aquí se respetan los jueces? ¿O es que nos volvimos colonias?”. La declaración fue interpretada como una defensa cerrada a la independencia judicial colombiana y un llamado a las altas cortes para pronunciarse con firmeza frente a las críticas externas.
El llamado directo a las instituciones colombianas y a EE.UU.
El mandatario no se limitó al escenario público. Horas antes, desde su cuenta oficial en la red social X, Petro solicitó directamente a la embajada de EE.UU. en Colombia abstenerse de intervenir en decisiones judiciales del país. “Decenas de jueces, magistrados, fiscales han sido asesinados en su lucha contra el narcotráfico y las relaciones del narcotráfico con el Estado colombiano”, escribió el jefe de Estado, enfatizando la valentía judicial que ha caracterizado al sistema colombiano frente a amenazas internas y externas.
Petro extendió su mensaje al sistema judicial norteamericano, invitando a asociaciones de jueces y trabajadores del poder judicial en Estados Unidos a “solidarizarse con la justicia colombiana, hoy agredida por un gobierno extranjero”.
Marco Rubio y la defensa de Uribe: ¿ruptura diplomática en ciernes?
La reacción del senador y secretario de Estado estadounidense Marco Rubio, quien expresó su apoyo al expresidente Uribe y calificó de “preocupante” la supuesta instrumentalización del sistema judicial colombiano, encendió la polémica. Rubio afirmó: “El único delito del expresidente colombiano Uribe ha sido luchar incansablemente y defender su patria”.
Este tipo de declaraciones ha sido interpretado desde Colombia como una señal de injerencia externa, encendiendo alertas en sectores que defienden la separación de poderes y la no subordinación de la justicia a intereses foráneos.
Petro, visiblemente molesto, pidió también a las instituciones del Congreso colombiano pronunciarse: “Yo quisiera ver al Presidente del Senado decirle a los Estados Unidos que aquí Colombia no baja la cabeza. O si no, estamos invitando nuevos conquistadores, nuevas espadas sanguinarias. Estamos repitiendo los horrores y errores de hace cinco siglos”.