Un nuevo episodio de violencia golpeó a la comunidad de El Estrecho, en el municipio de El Patía, Cauca, la noche del lunes 7 de julio. Sobre las 11:20 p. m., un carro bomba explotó frente a la subestación de Policía del corregimiento, dejando una mujer muerta y tres uniformados gravemente heridos, según confirmó el alcalde Jhon Jairo Fuentes.

El atentado ocurrió mientras los habitantes descansaban, lo que amplifica la sensación de vulnerabilidad entre la población civil. La víctima fatal fue una ciudadana que se encontraba cerca del lugar al momento de la detonación. Los tres policías afectados fueron trasladados de urgencia a centros médicos en Popayán, capital del departamento.

La explosión provocó daños materiales significativos en la infraestructura policial y en las viviendas aledañas. Las autoridades acordonaron la zona y desplegaron un operativo conjunto del Ejército y la Policía Nacional para asegurar el área y recolectar evidencias.

Reincidencia en ataques: segunda acción explosiva en menos de dos meses

Este no es un hecho aislado. El mismo puesto policial ya había sido blanco de un ataque con explosivos el pasado 13 de mayo, cuando hombres armados no identificados lanzaron artefactos contra el edificio, ubicado en las inmediaciones de la vía Panamericana.

La repetición de estos atentados revela un patrón de hostigamiento dirigido a la Fuerza Pública en esta zona estratégica del Cauca. La cercanía del puesto de Policía a una de las principales rutas de movilidad del suroccidente del país incrementa su valor táctico para grupos armados ilegales.

El alcalde Fuentes indicó que en esta región confluyen varias estructuras armadas ilegales, entre ellas el frente Carlos Patiño, perteneciente a las disidencias de las Farc, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y la denominada Segunda Marquetalia. Estas organizaciones tienen intereses sobre los corredores de movilidad y el control territorial para actividades ilícitas como el narcotráfico.

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