Con el corazón en las costuras y la fuerza del trabajo colectivo, un grupo de madres cabeza de familia del departamento de Risaralda entregó oficialmente una dotación de uniformes al colectivo juvenil Malabareando en las Calles, en un acto cargado de simbolismo y compromiso social.
Este proyecto nace de un proceso participativo liderado por la Secretaría de la Mujer, que convocó a mujeres en situación de vulnerabilidad para conformar talleres de confección y diseño. El objetivo no era solo producir indumentaria, sino también generar ingresos, autoestima y nuevas capacidades entre las participantes.
Manos amorosas que tejen comunidad
La entrega de estos uniformes no fue un simple acto logístico. Fue el resultado de una construcción colectiva en la que las mujeres empoderadas de Risaralda pusieron su talento y sensibilidad al servicio de los demás. Cada prenda representa una historia de superación, resiliencia y trabajo en equipo.
«Gracias a ellas por este trabajo tan bonito que hicieron. No solamente lo vamos a utilizar recordándolas, sino también con el amor con el que fue hecho, con manos amorosas y cariñosas», expresó una de las líderes del programa Malabareando en las Calles, visiblemente emocionada.
Con información de la oficina de prensa de la Gobernación de Risaralda.