El exmandatario de Uruguay José Mujica, símbolo de la izquierda latinoamericana y referente mundial por su vida austera, atraviesa la fase terminal de un cáncer de esófago, según confirmó su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolansky. La información fue revelada este lunes a medios locales, generando un profundo sentimiento de respeto y admiración entre ciudadanos y figuras políticas de toda la región.
De acuerdo con Topolansky, el líder de 89 años recibe actualmente cuidados paliativos orientados a aliviar el dolor y brindarle la mayor comodidad posible en esta etapa final. “Estamos haciendo lo necesario para que viva este último pasaje lo mejor posible”, expresó la exvicepresidenta a la radio Sarandí de Uruguay.
Mujica había revelado su diagnóstico en enero
En enero de 2024, Mujica anunció públicamente que padecía un cáncer avanzado, el cual ya se había extendido por su cuerpo. En ese momento, explicó que debido a su edad y a una condición inmunológica previa —relacionada con una enfermedad autoinmune—, no se sometería a tratamientos agresivos para combatir la enfermedad. Desde entonces, su estado ha venido deteriorándose de forma progresiva.
La confirmación de su condición terminal explica también su ausencia en las recientes elecciones regionales del domingo 11 de mayo, en las que el Frente Amplio, la coalición de izquierda que lideró durante años, retuvo el control de Montevideo, la capital del país.
Lucía Topolansky detalla su ausencia en los comicios
Topolansky explicó que la decisión de no asistir a la jornada electoral fue recomendación médica. “El traslado en el vehículo era mucho para él”, aseguró, señalando que su equipo de salud le recomendó evitar esfuerzos innecesarios que pudieran agravar su delicado estado.
La situación ha generado muestras de respeto por parte de líderes nacionales e internacionales. El presidente uruguayo Yamandú Orsi, cercano a Mujica y considerado su heredero político, pidió preservar la intimidad del expresidente. “Todos debemos aportar a que en todas nuestras etapas de la vida la dignidad sea la clave. No hay que enloquecerlo, hay que dejarlo tranquilo”, declaró.
Una figura icónica de la izquierda latinoamericana
José “Pepe” Mujica es recordado no solo por su mandato presidencial entre 2010 y 2015, sino también por su pasado como guerrillero tupamaro, su estilo de vida sencillo, y su discurso centrado en la lucha contra el consumismo, la desigualdad y la hipocresía del poder.
Rechazando privilegios y donando la mayor parte de su salario como presidente, Mujica fue llamado por muchos “el presidente más pobre del mundo”, un apodo que él mismo cuestionó pero que reflejaba su profundo compromiso con la coherencia entre sus ideas y su forma de vivir.
Durante su mandato, impulsó políticas progresistas como la legalización del aborto, el matrimonio igualitario y la regulación del cannabis, posicionando a Uruguay como un país pionero en derechos civiles y libertades individuales en América Latina.
Reconocido en todo el mundo por su honestidad y coherencia
A nivel internacional, Mujica se ganó el respeto de millones por su honestidad, discurso humanista y enfoque ético de la política. Fue invitado a foros globales, universidades y conferencias donde su mensaje de simplicidad, humildad y valores humanos resonó más allá de ideologías.
Sus palabras en Naciones Unidas y su recordado discurso en la Cumbre Río+20 de 2012, donde criticó el modelo de desarrollo basado en el consumo, se convirtieron en referencia obligada para movimientos sociales y ambientales de todo el planeta.
Uruguay acompaña a Mujica en su despedida
Ante la gravedad de su condición, Uruguay se prepara para despedir a uno de sus líderes más queridos y trascendentes. Aunque Mujica siempre evitó el culto a la personalidad y el protagonismo, su legado político, ético y humano ya es parte del patrimonio moral del continente.
Distintas voces de la sociedad civil, organizaciones políticas, movimientos sociales y ciudadanos han expresado su afecto, respeto y reconocimiento al expresidente, quien hasta el último momento ha mantenido su compromiso con la dignidad y el bienestar colectivo.