La empresa de energía Air-e ha solicitado de manera formal un salvavidas financiero a la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios. El propósito de esta medida es poder cumplir con sus obligaciones económicas con las generadoras y proveedores del sistema eléctrico nacional, una deuda que ya supera los 1,1 billones de pesos.
La petición fue realizada por Diana Bustamante, actual Agente Especial de la compañía, quien manifestó la urgencia de obtener una solución empresarial que permita estabilizar la operativa del servicio y garantizar la continuidad del suministro de energía en la región Caribe, donde Air-e tiene presencia activa.
La deuda de Air-e con generadoras se convierte en un punto crítico para el sector
Según el pronunciamiento de la directiva, los recursos solicitados serían utilizados específicamente para cubrir los compromisos adquiridos con los agentes del mercado energético, incluyendo generadoras y proveedores clave. “Es muy importante que Air-e disponga de estos recursos para poder continuar con la operativa”, enfatizó Bustamante.
La situación refleja una creciente presión financiera sobre las empresas prestadoras del servicio eléctrico, que no solo deben enfrentar el alto costo de la energía en el mercado mayorista, sino también una morosidad elevada por parte de los usuarios, especialmente en zonas con alta vulnerabilidad social.
La falta de liquidez impacta directamente en la capacidad de la empresa para responder a sus compromisos y podría desencadenar efectos negativos en cadena, afectando a otros actores del sistema eléctrico nacional.
Superintendencia analiza medidas para mitigar el impacto financiero
Frente a esta solicitud, la Superintendencia de Servicios Públicos ha iniciado el análisis técnico y financiero correspondiente para determinar la viabilidad de brindar apoyo a la empresa. Aunque la entidad aún no ha emitido un concepto oficial, sí se ha dejado entrever que existe preocupación por la sostenibilidad del servicio en regiones históricamente afectadas por deficiencias en la infraestructura energética.
La solicitud de Air-e llega en un momento en que el país debate la necesidad de reformar el modelo tarifario y mejorar los mecanismos de compensación y subsidio, especialmente en el Caribe colombiano, donde persiste una percepción de desigualdad frente al costo del servicio.
Este nuevo capítulo en la historia de la compañía ocurre en medio de un proceso de transformación que ha buscado, desde su entrada en operación en 2020, mejorar la calidad del servicio y reducir las pérdidas técnicas y no técnicas heredadas de anteriores operadores como Electricaribe.
¿Qué sigue para Air-e y la estabilidad del sistema energético en la Costa?
La petición de Air-e no es un hecho menor: pone sobre la mesa la discusión sobre la necesidad de reformas estructurales en el sector eléctrico y plantea dudas sobre la sostenibilidad financiera de otras compañías que enfrentan contextos similares.
La Superintendencia tendrá que evaluar con rapidez la situación, dado que una posible suspensión de pagos a generadoras podría derivar en afectaciones operativas graves. ¿Está Colombia preparada para evitar una nueva crisis energética en la región Caribe?