reencausar el conocimiento mao
Credit: Christian Orrego

A veces, la lealtad se pone a prueba de la peor manera, y la vida vuelve a
recordarte la misma lección. Das la cara por alguien, cumples con lo que te pide y,
al final, ves cómo le da igual, e incluso pretende hacerte cargar con culpas que no
te corresponden. La traición no siempre viene de los enemigos, sino de quienes
decían estar de tu lado, pero, con la frente en alto y la conciencia tranquila,
recuerda que la verdad siempre sale a la luz, y el tiempo pone a cada quien, en su
lugar, a cada rey en su trono y a cada payaso en su circo.


De ahí que, en la política, como en la vida, las bases deben fundamentarse sobre
la confianza, no existe contrato más fuerte que la palabra, ni vínculo más sólido
que el de la lealtad entre quienes comparten una causa, sin embargo, en estos
tiempos donde la conveniencia, pesa más que los principios, la deslealtad se ha
vuelto moneda de cambio.


Es realmente vergonzoso y doloroso ver cómo algunos, que ayer defendían con
pasión una idea, hoy la abandonan por un interés personal, no se trata solo de
cambiar de opinión, porque evolucionar es válido para todos los seres humanos; el
problema radica, en quienes traicionan no por convicción, sino por cálculo, a
aquellos que en público juran compromiso, pero en privado negocian su lealtad al
mejor postor.


Por consiguiente, la traición en política, no solo hiere a las personas directamente
afectadas, sino que también erosiona la confianza en las instituciones y en la
democracia misma, así que, cuando la ciudadanía percibe que los valores son
intercambiables y que las alianzas se rompen por ambición, crece el desencanto y
la desafección con la política.


No podemos olvidar que la lealtad no significa sumisión ciega, ni ausencia de
crítica, la lealtad encarna el respeto por la palabra dada, por los proyectos
compartidos y por quienes depositaron su confianza y credibilidad en uno; por eso
cuando la deslealtad se normaliza, todos perdemos, porque tanto en la política,
como en la vida, la confianza es difícil de ganar, pero muy fácil de perder, los
referentes también caen, porque la admiración no es eterna y la verdad, tarde o
temprano, revela quienes realmente son.

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