El próximo 13 de diciembre marcará un antes y un después en el sistema tributario colombiano con la entrada en vigencia del artículo 65 de la Ley 2277 de 2022. Este cambio eliminará el Gravamen a los Movimientos Financieros (GMF), más conocido como el 4×1.000, para todas las cuentas bancarias cuyos movimientos mensuales no superen un tope establecido.
Este impuesto, introducido como una medida temporal en 1999 para enfrentar la crisis financiera, se convirtió en una carga permanente para los colombianos. Aunque inicialmente su tasa era del 2×1.000, fue incrementada posteriormente al 0,4 % actual, generando en 2024 ingresos para el Estado por 1,31 billones de pesos. Sin embargo, esta reforma promete transformar el panorama financiero y aliviar la presión tributaria para millones de personas.
Una reforma tributaria que elimina restricciones y simplifica operaciones
Hasta ahora, los colombianos tenían derecho a designar una sola cuenta bancaria como exenta del 4×1.000, pero con una importante limitación: si los movimientos superaban un monto mensual fijado por ley, el impuesto aplicaba automáticamente.
Con la nueva medida, a partir del 13 de diciembre de 2023, todas las cuentas de ahorro estarán automáticamente exentas del GMF, siempre que las transacciones no superen el límite de $16.472.750 mensuales en 2024 (equivalente a 350 Unidades de Valor Tributario, UVT). Este umbral aumentará a $17.429.650 en 2025, ajustándose cada año conforme al valor de la UVT.
Esta flexibilización no solo simplifica la vida de los usuarios bancarios, sino que también implica un menor control y papeleo en la gestión de sus cuentas. Las entidades financieras y cooperativas desempeñarán un papel esencial al implementar sistemas tecnológicos que permitan monitorear las operaciones de los usuarios y garantizar el cumplimiento de los límites establecidos. Según el texto de la ley:
“Las entidades financieras y/o cooperativas (…) deberán adoptar un sistema de información que permita la verificación, control y retención del Gravamen a los Movimientos Financieros (…) para aplicar la exención de 350 UVT mensuales”.
Las instituciones financieras tendrán un plazo de dos años para fortalecer sus sistemas y garantizar que las nuevas reglas se apliquen sin contratiempos.
Implicaciones económicas y sociales: un paso hacia la inclusión financiera
Este cambio no solo beneficiará a los ciudadanos reduciendo su carga tributaria, sino que también tiene el potencial de transformar el panorama económico del país. La reforma, impulsada como parte de la agenda del presidente Gustavo Petro, busca estimular la economía formal y fomentar un mayor uso de los servicios financieros, particularmente en una nación donde el uso del efectivo aún predomina.
Ventajas clave:
- Reducción de costos: Para muchos colombianos, la eliminación del 4×1.000 representará un ahorro significativo en sus transacciones bancarias, incentivando el uso de medios digitales y cuentas de ahorro.
- Promoción del ahorro: Al eliminarse este impuesto para cuentas con transacciones moderadas, se espera un aumento en los depósitos y una mayor confianza en el sistema bancario.
- Incentivo a la inclusión financiera: Con menos barreras para el uso de servicios financieros, se podría reducir el porcentaje de la población no bancarizada, favoreciendo una mayor trazabilidad y seguridad en las transacciones.
El impacto en el uso del efectivo
Otro aspecto destacado por los analistas es que este tipo de medidas puede reducir el uso del efectivo, facilitando la transición hacia una economía más digital. Transacciones más seguras y trazables también fortalecen la lucha contra la evasión fiscal y otras prácticas ilícitas asociadas al manejo de dinero físico.
Desafíos y expectativas: ¿cómo se adaptarán las entidades financieras?
Aunque esta medida representa una ganancia significativa para los usuarios, las entidades financieras deberán enfrentar importantes desafíos tecnológicos. El desarrollo de sistemas que permitan el monitoreo en tiempo real de las operaciones de sus clientes será crucial para garantizar el cumplimiento de los nuevos parámetros establecidos por la ley.
Si bien el plazo de dos años podría parecer suficiente, el costo de estas adaptaciones y el riesgo de errores en la transición serán factores a considerar. Además, será clave educar a los usuarios sobre cómo aprovechar esta exoneración y evitar confusiones respecto a los límites aplicables.
Una reforma que busca cambiar el panorama financiero colombiano
Con la eliminación del 4×1.000, Colombia da un paso significativo hacia la modernización de su sistema financiero. Este cambio promete beneficiar a millones de personas, aliviar su carga tributaria y fomentar una mayor inclusión financiera. Sin embargo, queda por ver cómo las entidades financieras implementarán las medidas necesarias y si este ajuste logrará los objetivos planteados por el Gobierno.
¿Será esta reforma el impulso que necesita Colombia para consolidar un sistema financiero más equitativo y accesible? Solo el tiempo lo dirá, pero lo cierto es que esta medida ya genera grandes expectativas entre los ciudadanos y expertos.