Uno de los casos más recientes y emblemáticos de la corrupción en el Eje Cafetero es el conocido cartel de “Las Marionetas” liderado por el “fallecido” en prisión y ex – senador liberal caldense Mario Castaño, quien tenía influencia y aliados políticos en Risaralda, Quindío, Norte del Valle y otros departamentos. A partir de las investigaciones, la Fiscalía ha señalado las distintas modalidades que los miembros del esquema criminal de “Las Marionetas” adelantaron para enriquecerse a costa del erario. Entre ellas se destacan la coordinación con alcaldes para negociar la entrega de contratos a cambio de una comisión del 10 % en sectores del deporte, infraestructura entre otros, la cooptación de entidades de control como la CGR, la gestión de contratos de prestación de servicios en entidades del Estado a cambio de “una tajada” y de apoyo -con votos- y la asignación de contratos en UTL que solo cobraban sin cumplir con las funciones asignadas. Durante más de 2 años, las autoridades han capturado 70 personas, entre ellas 5 exalcaldes de la región cafetera (Balboa, Alcalá, Villamaría, La Merced, Aguadas).
Aunque la investigación ha referenciado a Mario Castaño como el jefe de la estructura, los hilos de esta red han alcanzado altos funcionarios del gobierno de Iván Duque y congresistas de otras regiones y partidos políticos, como lo son el ex director del DPS, Pierre Ignacio García y el ex senador del Centro Democrático Ciro Ramírez. La Corte Suprema de Justicia ha afirmado que “No existe prueba suficiente de que la banda se haya desmantelado plenamente y por el contrario las judicializaciones podrían alcanzar el centenar de personas” (La Patria, 2024). En el Eje Cafetero, el único departamento que ha profundizado la investigación sobre los lazos políticos locales de Mario Castaño ha sido Caldas, a pesar de que fue evidente la relación e influencia política que tuvo en Risaralda y Quindío. Esa relación no ha sido expuesta, ni investigada a pesar de que el modus operandi ha sido normalizado en las dinámicas de contratación pública regional. Pagar “tajada” por la contratación es parte del paisaje y de manera “jocosa” los ciudadanos asignan apodos a políticos reconocidos por esa práctica: “El 30%”.
Si bien los políticos involucrados en el cartel de las marionetas provienen de varios partidos, lo cierto es que el Partido Liberal ha pasado de agache en este escándalo no sólo porque Mario pertenecía a esa colectividad, si no por la relación de contratistas con el partido liberal. El portal investigativo independiente, Cuestión Pública, publicó el pasado 18 de octubre un informe en el que analiza los proveedores de la UNDGR en el caso de las marionetas y encontró que “la mayoría de los subcontratistas tendrían vínculos con personas del Partido Liberal”.
Las prácticas de corrupción usadas por el cartel de las marionetas no son exclusivas de un sector político. Este caso trascendió porque una parte débil de la cadena se rompió y aunque su jefe “falleció” en cautiverio, ese cartel continúa con otro nombre y otros jefes.