En la madrugada del martes, Israel volvió a bombardear varios objetivos de Hezbolá en el sur del Líbano, un día después de uno de los ataques más mortíferos desde que comenzó el conflicto entre ambos grupos. Los enfrentamientos han generado preocupación sobre una escalada regional, ya que el conflicto que inicialmente comenzó en Gaza el 7 de octubre de 2023 se ha extendido a lo largo de la frontera entre Israel y Líbano.

El lunes, Israel llevó a cabo bombardeos masivos en los bastiones de Hezbolá, tanto en el sur del Líbano como en el valle de Becá. Los ataques dejaron un saldo de más de 550 muertos, entre ellos 50 niños y 94 mujeres, y más de 1.800 personas heridas, según el Ministerio de Salud libanés. Los informes indican que la mayoría de las víctimas eran civiles no armados que se encontraban en sus hogares al momento de los ataques.

Bombardeos indiscriminados y una creciente crisis humanitaria

El ministro de Salud Pública del Líbano, Firas Abiad, calificó los ataques israelíes como devastadores, señalando que no solo afectaron a la población civil, sino también a la infraestructura crítica. En una conferencia de prensa en Beirut, Abiad denunció que dos centros sanitarios, además de 14 ambulancias y vehículos de bomberos, fueron destruidos. «El precio pagado por los civiles es inaceptable», subrayó el ministro, haciendo un llamado urgente a la comunidad internacional para detener la violencia y proteger a los civiles.

El martes por la madrugada, las fuerzas israelíes informaron de nuevos ataques sobre «decenas de objetivos de Hezbolá» en el sur del Líbano. Entre los blancos se incluyeron depósitos de armas y centros de comando, lo que provocó «explosiones secundarias», según un comunicado militar israelí. El ejército señaló que continuaría desmantelando las capacidades militares de Hezbolá, con el objetivo de degradar su infraestructura.

El impacto de los bombardeos ha generado un éxodo masivo en el sur del Líbano. Miles de personas han huido de sus hogares en medio de un ambiente de miedo y caos. Escuelas y edificios públicos en Beirut y Sidón, la mayor ciudad del sur del país, han sido habilitados para recibir a los desplazados. Sin embargo, las carreteras hacia la capital están bloqueadas por el tráfico de personas que buscan refugio, y muchas familias se vieron obligadas a pasar la noche en sus automóviles.

Hasan Banjak, un refugiado que logró llegar a Sidón, explicó cómo la situación se tornó insostenible para él y su familia: «Cuando los bombardeos se intensificaron y se acercaron, los niños tuvieron miedo y decidimos irnos».

Un conflicto que amenaza con extenderse

La escalada en la frontera entre Israel y Líbano ha despertado temores de un conflicto regional más amplio. Desde el comienzo de la guerra en Gaza, Hezbolá ha apoyado a Hamás lanzando ataques desde el norte, lo que ha desencadenado enfrentamientos casi diarios. El lunes, Israel identificó más de 100 cohetes disparados desde el Líbano hacia su territorio, lo que llevó a una respuesta militar masiva.

El grupo islamista Hezbolá también anunció que había disparado misiles Fadi 2 durante la noche contra Israel. Las alarmas de emergencia sonaron en varias áreas del norte de Israel, incluyendo la Alta Galilea y la zona sur de Haifa. Aunque la mayoría de los proyectiles fueron interceptados, algunos lograron impactar en edificaciones y causar incendios. Un joven israelí de 25 años resultó gravemente herido y fue trasladado al Hospital Rambam en Haifa.

Matthew Saltmarsh, portavoz de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), advirtió sobre la magnitud de la crisis humanitaria en la región. «Decenas de miles de personas se vieron obligadas a abandonar sus casas ayer y esta noche, y el número no deja de aumentar», señaló Saltmarsh en una conferencia de prensa en Ginebra. Además, destacó que el Líbano, un país ya devastado por la guerra y las crisis políticas, está experimentando una nueva ola de sufrimiento que agrava aún más su situación.

El creciente número de desplazados y los daños a la infraestructura civil han generado llamados urgentes para un alto el fuego. Saltmarsh insistió en la necesidad de respetar el derecho humanitario internacional y detener las hostilidades de inmediato para evitar más pérdidas civiles.

Escuelas cerradas y miedo en el norte de Israel

Ante el aumento de los ataques desde el Líbano, Israel ha cerrado más escuelas en el norte del país. Los colegios en áreas como Megido, Yokneam Illit, Daliyat al Karmel e Isfiya, ubicados al sur de Haifa, han suspendido las clases, mientras que en Haifa y otras zonas cercanas a la frontera con Líbano ya se había tomado esta medida anteriormente.

A medida que las tensiones continúan escalando, la situación sigue siendo incierta. Con las fuerzas israelíes prometiendo continuar los ataques para desmantelar a Hezbolá y los grupos militantes en el Líbano intensificando sus ataques en respuesta, la región enfrenta la posibilidad de una guerra a gran escala que afectaría no solo a los países involucrados, sino también a la estabilidad de todo el Medio Oriente.

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